Replantear el papel del banco central en México, más allá del manejo inflacionario; reestructuración del gasto público y una banca de desarrollo más proactiva que contribuya a la recuperación económica, son algunas de las propuestas planteadas por expertos reunidos por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

En el conversatorio a distancia “Política monetaria, fiscal y financiera de México”, que contó con la presencia de Alicia Girón, coordinadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África, y participante de REDEFFIM, Nora Ampudia Márquez, investigadora de la Universidad Panamericana, campus Guadalajara, consideró que se verán cambios importantes en la política monetaria en nuestro país y a escala mundial.

Lo anterior, por los efectos que en la distribución del ingreso y la concentración de la riqueza, pero también debido al cambio climático. “La política monetaria se enfoca en la inflación subyacente (referente a los precios en los que ella misma puede influir, por ejemplo, el de la tortilla), pero la no subyacente (la que tiene que ver con las materias primas) está siendo afectada por el calentamiento global. “Tenemos más de un año viendo incrementos constantes en los precios del maíz, trigo, cobre, aluminio, acero, gas, petróleo, etcétera”.

Asimismo, afirmó: creo que habrá una reconsideración sobre la inflación no subyacente y se tomará en cuenta al cambio climático en las decisiones de política monetaria en general, porque afectará a los activos e instituciones financieros, como las compañías de seguros, opinó la experta.

Referente al ámbito fiscal, Nora Ampudia explicó que lo recaudado por Hacienda no proviene de fuentes recurrentes como el IVA o el ISR, sino que tiene más que ver con las personas morales, en especial las grandes empresas trasnacionales que habían evadido el pago de impuestos.

Si no hay un buen crecimiento económico, la recaudación de fuentes recurrentes no aumenta. Para generar impuestos hay que producir, vender, consumir y trabajar; no obstante, con una economía deprimida la recaudación disminuye. Entonces se necesita utilizar el gasto público y tomar deuda pública. El endeudamiento permite hacer gasto en infraestructura, programas sociales para combatir la pobreza, etcétera.

Aclaró que el gasto público que se va a financiar con deuda debe generar flujo de efectivo, de modo que esa deuda sea productiva. En ese sentido se tiene que reestructurar el gasto público.

En el aspecto financiero, Nora Ampudia dijo que cuando hay crisis como la actual, con quiebre de empresas y pérdida de empleo, aunque el Banco de México le otorgue crédito a la banca comercial ésta no hace lo mismo con las personas; “hemos visto caer el crédito bancario en el último año”.

Ante este panorama, la banca de desarrollo es la que ha jugado mejor papel porque el crédito a la vivienda es el único que no se ha contraído, y todavía puede tener más acción para la recuperación económica.

Durante el encuentro organizado por la Red de Economía Fiscal, Financiera y Monetaria (REDEFFIM) del IIEc, Roberto Soto Esquivel, profesor-investigador de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo en la Universidad Autónoma de Zacatecas, expuso:

La inflación ha tenido escenarios de alta volatilidad, más allá de lo que se había pronosticado. “El gobierno federal ya aplicó una política de control de precios, en particular del gas, y han disminuido considerablemente; eso ayudará a tener mayor control de los niveles inflacionarios”.

En la sesión moderada por Aderak Quintana, integrante de la REDEFFIM, el especialista consideró que el Banco de México limita sus objetivos al control inflacionario y sólo podría hacer ajustes para que la inflación conserve el nivel objetivo que se desea.

Dadas las condiciones de la economía mexicana debería ser un jugador fundamental en este escenario de crisis pandémica y cambiar sus propósitos; podría contribuir, por ejemplo, al fortalecimiento de la inversión, o tener más injerencia en el crecimiento económico o la generación de empleo. No obstante, al parecer eso no va a ocurrir, señaló el especialista.

En cuanto a la política fiscal, Soto Esquivel calificó como excelente que se cobren impuestos a las empresas multinacionales que los evadían. Debe existir, abundó, una verdadera supervisión y fiscalización para evitar los artificios contables que utilizan para no pagar impuestos, y tener una recaudación mayor a la actual.

El especialista coincidió en que es necesario mayor gasto público, y aún más en las condiciones en las que se encuentra el país, de una tercera ola pandémica.

Roberto Soto explicó que existe pugna entre los sectores financiero privado y público. El papel de la banca de desarrollo es fundamental; sin embargo, su crédito era de sólo cinco por ciento del Producto Interno Bruto en 2018, cuando en el pasado estaba en niveles de dos dígitos; cayó de manera exponencial en las últimas cuatro décadas.

Para que un país crezca, se desarrolle y logre alcanzar niveles de crecimiento sostenidos y de largo plazo, y eso incremente los niveles de bienestar, se requiere forzosamente de la banca de desarrollo. Y ésta debe otorgar financiamiento a la micro y mediana empresas, a entidades que generen actividad productiva y valor agregado, finalizó.

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