Puede que ya esté extinto
Cozumel es la isla más grande del Caribe mexicano con 486 kilómetros cuadrados; posee flora y fauna endémica como el mapache enano (Procyon pygmaeus), el coatí (Nasua nelsoni), el pecarí de collar Pecari tajacu nanus y diversos roedores únicos.
El incremento de la presencia humana y el consecuente cambio de uso de suelo de las áreas naturales para construir hoteles, casas, vialidades, así como la introducción de especies exóticas invasoras como boas, tortugas y ratas han afectado a la fauna endémica.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), las especies exóticas invasoras se encuentran fuera de su ámbito de distribución natural, son capaces de sobrevivir, reproducirse y establecerse en hábitats y ecosistemas naturales y amenazan la diversidad biológica nativa, la economía o la salud pública.
Ecólogos han registrado una disminución de más de 70% de las poblaciones de roedores, mamíferos medianos y varias especies de aves de Cozumel. El caso del ratón Peromyscus leucopus cozumelae es emblemático de la isla pues no se ha observado desde hace varias décadas.
La investigadora Ella Vázquez Domínguez comentó que hace 50 años era abundante, pero no se ha vuelto a observar, por lo que con base en el trabajo de investigación que ha realizado junto con otros colegas, sugieren que está extinta la especie.
“Desde la década de 1970 hay indicios de la presencia de la Boa imperator, que al ser una especie exótica introducida, probablemente fue la causante de la desaparición del roedor nativo, ya que tiene una dieta amplia, se alimenta de roedores, aves y lagartijas, y no tiene depredadores en la isla.
La boa continúa siendo una amenaza para los dos roedores nativos que todavía hay, Reithrodontomys spectabilis y Oryzomys couesi cozumelae”, indicó la investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En trabajo de campo en Cozumel se han colectado ejemplares de boa para realizar estudios de variación genética y conocer su origen; se sabe que las serpientes introducidas provenían del Golfo de México y la península de Yucatán.
“También sabemos que fueron al menos dos introducciones en dos zonas de la isla. La presencia de la boa ha disminuido en parte gracias a que nuestro grupo de trabajo, que ha tenido contacto con el gobierno municipal y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales local; una medida frecuente es que cuando se reporta su presencia en alguna zona urbana, ésta es retirada”.
La integrante de la Academia Mexicana de Ciencias agregó que no se puede erradicar a la serpiente de la isla porque está catalogada en categoría de conservación, dado que tiene poblaciones muy reducidas en su distribución natural continental; sin embargo, el retirarla de la isla frenaría el que continúe depredando a otras especies nativas.
Otro caso estudiado recientemente por Vázquez Domínguez es la presencia de la tortuga japonesa en Cozumel, cuyo nombre científico es Trachemys scripta elegans. Su distribución original es en la costa este de Estados Unidos, pero tuvo tanto éxito como mascota que en Japón es criada masivamente en cautiverio para vender en tiendas de mascota y acuarios desde los años cincuenta. “Es una especie muy agresiva pues compite por recursos con otras tortugas que sí son nativas. Se alimenta mayormente de insectos y plantas”.
La tortuga puede vivir en cuerpos de agua pequeños, en estanques, lagunas artificiales y parques públicos, y así es como se ha ido expandiendo en la isla. “Las tortugas exóticas que se encuentran en Cozumel tienen un linaje que viene desde Estados Unidos, así como de la península de Yucatán. Como es una especie de amplia distribución, a diferencia de la boa, se pueden proponer programas de erradicación y extraer de los cuerpos de agua naturales”.
Además de perros y gatos ferales, Ella Vázquez Domínguez ha estudiado la genética de población de los roedores invasores Mus musculus, ratón casero, y Rattus rattus o rata, ambas son especies invasoras a nivel mundial que se pueden eliminar conforme se va localizando a los individuos. “La parte genética de estas poblaciones nos habla de especies bien establecidas, las cuales representan un grave problema para la isla porque, entre otros, compiten con los roedores nativos”.
Con la creación de la Reserva Estatal Selvas y Humedales de Cozumel en 2011 se ha podido frenar el crecimiento urbano al norte de la isla. Dado que es un área natural protegida se logró conservar y proteger flora y fauna de Cozumel, que alberga cerca de 40% de la biodiversidad del estado de Quintana Roo, con 23 especies de anfibios y reptiles, 224 aves, 15 especies de mamíferos terrestres y 24 especies de murciélagos.
La ecóloga señaló que el reto es continuar con las campañas de educación ambiental, impartición de talleres e información sobre la biodiversidad de la isla a la sociedad. Además, es muy importante continuar haciendo estudios de largo plazo, muestreado individuos sistemáticamente a lo largo de la isla y evaluar aspectos de la ecología, dinámica poblacional y genética de poblaciones, tanto de especies endémicas como introducidas, para poder conocer su estado de conservación y poder tomar decisiones fundamentadas.