Senado convertido en torre de la injustica
Luego de posición fingida por parte del presidente del Senado de la República, José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, al exigir reinstalación de trabajadoras de limpieza de este órgano parlamentaria, se produjo el despido de 14 empleadas sin la indemnización correspondiente.
Susana Moreno Hernández, Carmen Loyola Rodríguez, Griselda Villavicencio, Fabiola Franco Centeno, Adela Castillo Salazar, María Guadalupe Hernández Pérez, Gabriela Espinosa Ruiz, María Alicia Galería Ramírez, Mirna Pérez García, Gloria Analí Ronquillo Espino, Belén Espinosa Romero, Odette Ramírez Puc y Fabiola Hernández Madrigal, se dicen muy lastimadas por el engaño de este legislador y la forma en que “fuimos echadas del Senado”.
Y con la misma tristeza denunciaron: “Con mentiras funcionarios del Senado nos citaron en una dependencia del gobierno y nos pidieron que les prestáramos la credencial del trabajo y cuando las dimos nos dijeron que estábamos despedidas y ahí mismo otros supuestos funcionarios que se hicieron pasar como representantes de la defensa del trabajo, llegaron acompañados de dos abogados del Senado y de manera repetitiva nos decían que nada de lo que pretendiéramos para reclamar procedía.
“Luego regresamos al Senado y fueron más agresivos, incluso amenazaron con demandarnos por incompetentes y sospechosas de actos que pudrían constituir delitos graves. Al final nos corrieron como rateras y conducidas a las puertas escoltadas por guardias de reguardo parlamentario.
“Finalmente intentamos hablar con el senador Noroña, pero supuestamente nos mandó decir que ya no había nada que hacer y mejor sería que ya nos fuéramos para evitar mayores problemas; así, casi a empujones, nos condujeron a las puertas de salida”.
Este es el relato de un grupo de trabajadoras que, en la casa donde se hacen las leyes, sufrieron lo contrario, además de acciones agresivas y voces que se desgañitaban con amenazas y lejos quedaban los discursos con que desde la supuesta tribuna más alta del país, se declaran justos, democráticos y benefactores del pueblo, cuando en el fondo solo abrigan la demagogia.