*Lenia Batres
El deterioro de las instituciones de gobierno mexicanas se da sexenio tras sexenio, sin embargo, parece ser que, en el actual, su deterioro ha aumentado de manera exponencial y no sólo por las puntadas del primer mandatario mexicano, sino por la preparación profesional y laboral que tienen (si es que tienen, claro) los que llegan a ocupar un cargo dentro de las mismas.
Con lo anterior no quiero decir que en otros sexenios los servidores públicos que desempeñaban una función como simples burócratas, secretarios de estado, legisladores, etcétera, fueran los idóneos, para nada, siempre ha sido lo mismo porque generalmente los puestos de primer nivel son ocupados por personas que saben de todo menos del puesto para el que fueron nombrados.
Lo anterior viene a colación por el reciente nombramiento de Lenia Batres Guadarrama como Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. No hay que olvidar que ella fue asesora, de 2002 a 2004, del entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, licenciado Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien la eligió para ser ministra.
El que quiera perder su tiempo y revisar el currículum de la señorita, se podrá dar cuenta que se la ha pasado como asesora de fulano, mengano, zutano y perengano, pues también lo fue de la entonces Jefa Delegacional de Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo, de 2015 a 2018, pero en cuestiones referentes a su actual trabajo, no hay datos suficientes que puedan corroborar que está preparada o es una persona idónea para ser ministra.
Algunos despistados van a argumentar que es más importante la lealtad que la experiencia, pero tratándose del máximo tribunal de justicia, en donde está en juego, entre muchas otras cosas, la libertad de una persona, la experiencia y los conocimientos en la materia son exageradamente necesarios para que se pueda resolver todo conforme a derecho, y parece ser que esta muchacha no los tiene, aunque lo que sí tiene es un hermano como Jefe de Gobierno cuyos principales méritos es ser soldado fiel del actual presidente y un buen alborotapueblos, esto último le sirvió de ejemplo a su hermana Lenia, quien no tiene mucho tiempo de haber protagonizado un escándalo en el cual se le puede ver y oír vociferar una serie de palabrotas, en un verdadero pleito de comadres, porque es incapaz de arreglar un asunto vecinal como la gente decente.
Se nota a leguas que le cuesta trabajo controlar sus emociones, que a todos nos pasa, pero no quiero imaginármela tratando de resolver un asunto que como ministra caiga en sus manos y se deje llevar por la línea visceral, si a eso le agregamos que carece de tablas, pues entonces que el pueblo bueno y sabio nos agarre confesados.
Para no perder la costumbre y seguir los mismos pasos que su mentor Obrador, ni tarde ni perezosa hizo la siguiente aclaración con respecto al supuesto pleito: “Desde el año pasado varios columnistas han querido hacer grande un infundio sobre un supuesto adeudo de renta en un inmueble que habité.
Con la ley en la mano, presenté una demanda por daño moral, puesto que la renta de ese departamento fue siempre pagada, en tiempo y forma”.
Como podemos observar, emplea el multicitado recurso aplicado en “La Mañanera”: echarles la culpa a los periodistas. Pero bueno, tal vez estoy equivocado y le veo tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro, pero Lenia me saca de la duda al añadir: “No busco una reparación monetaria, sólo que se aclare, que se corrijan los infundios que dieron como ciertos”.
¿Qué quiere decir? ¡Que no le importa el dinero! Como constantemente lo recalca ya saben quién. Hasta parece como si estuviera poseída por el espíritu de Amlito y programada para usar los mismos recursos. Pero eso no es todo, prosigue diciendo que “Con la ley en la mano, presenté una demanda por daño moral, puesto que la renta de ese departamento fue siempre pagada, en tiempo y forma”.
Aquí no le vayan a decir que “no le salgan conque la ley es la ley” porque en este caso la “ley si es la ley”.
Por lo anterior y por varias cosas más, es explicable la llegada de Batres Guadarrama a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sustitución de Arturo Fernando Zaldívar Lelo de Larrea, quien renunció al cargo de ministro para incorporarse a la campaña de Sheinbaum. Esperemos que Lenia, en su afán por imitar a AMLO, no diga que todo es culpa de Zaldívar cuando tenga que hacerles frente a todos los problemas que, por el digno cargo, le salgan a su paso.
Hasta la próxima.