Recientemente el diario The New York Times (NYT) (sí, el mismo que aquí dicen que es un pasquín inmundo) publicó un artículo que tal vez nos ayude a comprender la proliferación de la violencia que estamos viviendo en Estados Unidos y en México y la pregunta que hacen no podía ser más adecuada en estos momentos: “¿Qué sucede en una sociedad cada vez más violenta, cada vez más desconfiada, cada vez más polarizada y cada vez más indulgente con la retórica del odio?*
En México además de las 4800 personas fallecidas entre el personal médico y trabajadores de la salud que fueron abandonados a su suerte, hay que sumar lo que señala el informe independiente sobre la pandemia de covid-19, donde “los investigadores señalan que 297.000 de las muertes en exceso no se debieron a las condiciones de salud de la población o del sistema de salubridad, sino a las políticas implementadas para atender la emergencia”.
Asimismo, durante ese periodo “México sufrió una desafortunada combinación de desventajas estructurales frente a la crisis sanitaria con graves y repetidas fallas de liderazgo y gestión de la pandemia. En conjunto, estas configuraron un escenario devastador. A las seculares desigualdades sociales y debilidades institucionales se sumaron decisiones gubernamentales que, lejos de contenerlas, las agudizaron”**.
Si a la información anterior de suyo catastrófica, todavía debemos agregarle el terrible ingrediente de la violencia común más la doméstica que se disparó de una manera terrible durante esos años y continúa hasta la fecha, terrible pinta el panorama.
“Según la consultora TResearch International, hasta febrero del 2024, los registros oficiales sumaron un millón 238 mil 702 casos (de violencia familiar), en cinco años de esta administración”.
“Simplemente, el año 2023 cerró con 284 mil 133 denuncias, en tanto el último año del sexenio previo (2018) concluyó con 180 mil 185, en una trayectoria ascendente y preocupante que no se corresponde con el crecimiento poblacional”***.
Según “La Guerra en Números’, de T-ResearchMX, detalla que, de acuerdo con el registro de homicidios dolosos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, del 1 de diciembre de 2018 al 20 de mayo de 2024, tiempo que lleva la Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, las fiscalías estatales y federales han registrado 187 mil 695 homicidios dolosos en México”****.
¡¡Pero sonría hombre!! De acuerdo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) en lo que va del sexenio del presidente López Obrador, se registró una disminución de 0.4 por ciento en los asesinatos.
Durante 2021, la disminución fue de 4.1 por ciento, en 2022 de 7.1 por ciento, y de 4.18 por ciento en 2023****.
Como se puede apreciar la violencia y la muerte en sus distintas modalidades rondan cómodamente en todo el país al igual que sucede con nuestros vecinos del norte, donde se calcula que en EE.UU. existen alrededor de 400 millones de armas. Y el país se encuentra en medio de una expansión de esta producción.
Según la Oficina de Tabaco, Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos, los manufactureros fabricaron 11,3 millones en el 2020, un 187% más en relación a los 3,9 millones del 2000.
En otras palabras; en EE.UU. existen más armas que personas y en México según las estadísticas hay casi 13 millones, más unas 200.000 armas de fuego procedentes del norte que cruzan la frontera cada año, según un informe de la oficina de rendición de cuentas del gobierno de EE.UU. de febrero de 2021, que cita al gobierno de México+.
Pero si no fuera suficiente amenaza, la venta de armas legales todavía falta por añadir que en otro informe, se constata que la policía recuperó 19.344 armas de fabricación casera, las denominadas pistolas fantasmas, cuyo rastro resulta imposible de seguir.
Un dato que en verdad me resultó revelador y al que aquí no le hemos dado mayor importancia consiste en que la pandemia no cambió la marcada disparidad racial en las comunidades más expuestas a tiroteos fatales. Los negros tenían cinco veces más probabilidades de vivir cerca de un homicidio con arma de fuego que los blancos, mientras que los latinos tenían tres veces más probabilidades, los asiático-americanos tenían el doble de probabilidades y los nativos americanos tenían 1,4 veces más probabilidades. La violencia siguió principalmente patrones de segregación habitacional, que a menudo deja a las personas de color viviendo en vecindarios más pobres donde las tasas de criminalidad suelen ser más altas.
Los suicidios en Estados Unidos con armas de fuego, que superan en (proporción) el número a los homicidios y no formaban parte del análisis del Times, han aumentado de manera constante durante años y alcanzaron una cifra récord en 2022. La demografía de los suicidios con armas de fuego es muy diferente, con tasas más altas para los hombres blancos y en las zonas rurales*.
Pero efectivamente el número de suicidios en México ha crecido muy seriamente; mientras en 2017, la tasa de suicidio fue de 5.3 por cada 100 mil habitantes (6 494); para 2022 fue de 6.3 (8 123). Esto equivale a 1 629 suicidios más en 2022 respecto de los ocurridos en 2017 y tiende a crecer.
SOLUCIONES DE MEDIO PELO
Esos son los hechos, pero las grandes soluciones de nuestras candidatas a esos enormes, complejos y superficialmente abordados problemas consisten según plantea Sheinbaum; coordinación de presidencia con estados para combatir inseguridad.
Para la candidata sólo a través de la coordinación entre los dos niveles de gobierno se logrará tener un mejor combate a la inseguridad. En su reunión con empresarios de Jalisco, Claudia Sheinbaum, planteó que procurará tener coordinación con los gobiernos de los estados; la coordinación es fundamental porque primero hay que atender los gabinetes de seguridad, la seguridad es un tema de diario. Es un tema de atención permanente porque si uno suelta el tema entonces, regresa la inseguridad” (¿?).
Por su parte Xóchitl Gálvez propone además de la creación de una cárcel de máxima seguridad con lo último en tecnología para terminar con la corrupción en el sistema penitenciario y acabar con los privilegios que tienen muchos reos. Renfocar a las Fuerzas Armadas en el combate al crimen organizado, nuevos policías, generar un gran acuerdo nacional que convoque al Gobierno federal, estatal y local, al Congreso y a la sociedad para lograr la paz, así como contener y reducir a las organizaciones criminales más violentas (¿?).
Según Animal Político: “en México, la violencia contra los aspirantes a cargos de elección popular durante el proceso electoral ha dejado hasta ahora 30 candidatos asesinados”.
Como complemento de lo bien que estamos; 500 mil ciudadanos han renunciado como funcionarios de casilla entre los meses de abril y mayo, representando un 33% del total requerido para las elecciones del próximo 2 de junio. A pesar de haber aceptado inicialmente participar en el proceso electoral, diversos motivos han llevado a esta abrupta deserción, destacando problemas laborales, asuntos personales y, en menor medida, preocupaciones por la seguridad en sus comunidades.
Y vuelvo a preguntar usted cree que con esas promesas ¿van a solucionar la dramática etapa de “una sociedad cada vez más violenta, cada vez más desconfiada, cada vez más polarizada y cada vez más indulgente con la retórica del odio”?
*https://www.nytimes.com/interactive/2024/05/14/us/gun-homicides-data.html?
**https://elpais.com/mexico/2024-05-01/un-informe-independiente-sobre-la-pandemia
***https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/annayancy-varas/2024/05/21/alerta-por-aumento-de-la-violencia-familiar-
****https://lopezdoriga.com/nacional/suman-187-mil-695-homicidios-
+https://cnnespanol.cnn.com/2024/02/15/cultura-armas-estados-unidos-mundo-trax