Impulsamos una iniciativa para modificar el artículo 261 del Código Penal Federal, a fin de establecer como castigo a quienes violenten de manera sexual a menores, la pena de la castración química de por vida, así como más de 20 años de prisión y hasta mil 500 días de multa.
Los niños merecen protección, justicia, cuidado y respeto, y quien no lo brinde no puede estar en un lugar donde ostente autoridad jurídica.
El caso que recientemente se dio a conocer de una menor que fue abusada sexualmente en el Estado de México, motivó exigir justicia porque no es un delito menor y merece ser castigado.
No más impunidad, no más corrupción y tráfico de influencias. No más atropello al dolor de un menor. No más excusas irrisorias en perjuicio de la menor. No más impunidad.
Por ello, la única forma de evitar y contener este tipo de delitos contra infantes, es que reciban como pena ejemplar la castración química.
Al menos 10 países han aplicado de manera obligatoria este castigo, como Indonesia, donde la violencia sexual contra niños se ha incrementado de forma significativa.
En Estados Unidos alrededor de nueve estados aplican esta medida, entre ellos, Georgia, Iowa, Luisiana, Montana, Oregón, Texas y Wisconsin.
Además, naciones como Polonia, Rusia, Moldavia, Estonia y Corea del Sur también aplican esta acción legal para contener este delito.