*Urge erradicar las actitudes machistas
Las actitudes machistas han provocado miles de feminicidios, agresiones físicas, emocionales, económicas y sexuales, por lo que proponemos incluir la erradicación de esta conducta en la educación que imparta el Estado.
Para ello presenté una iniciativa de reforma al artículo 15 de la Ley General de Educación, para que los mexicanos aprendamos desde temprana edad sobre las terribles consecuencias que provoca el machismo.
Es importante eliminar esta forma de actuar como eje fundamental del sistema educativo, porque es la única manera de comenzar un cambio ideológico generacional en el que se rechace esta conducta.
De la misma manera, se busca combatir la corrupción y las adicciones, convirtiendo a la educación en un sistema de prevención y erradicación del problema, en lugar de buscar medidas emergentes de castigo que sólo generan un círculo vicioso de resentimiento en nuestra sociedad.
Este pensamiento patriarcal ha llevado a la sociedad por un camino histórico de desigualdad e indiferencia que empieza desde la niñez, lo que ha provocado falta de oportunidades e injusticias en el ámbito social, laboral, familiar y político, pero, sobre todo, miles de violaciones, muertes, feminicidios, discriminación y pensamientos de odio que retrasan el desarrollo de México.
El machismo afecta a mujeres de todas las edades y, principalmente, desde la infancia, perjudicando de manera directa su vida, sin ninguna posibilidad real de desarrollo en todos los aspectos.
La desigualdad de género impide la posibilidad de desarrollo, privando a miles de mujeres el derecho a la igualdad sustantiva y evitando, en muchas ocasiones, que puedan terminar sus estudios, asistir a un lugar de trabajo con todas las garantías y, sobre todo, sufriendo violencia emocional, económica, sexual y afectiva en sus hogares.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el año pasado 66 de cada 100 mujeres de 15 años y más han experimentado al menos un acto de violencia (emocional, física, sexual, económica, patrimonial o discriminación laboral) ejercida por diferentes agresores, ya sea la pareja, esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o de trabajo, alguna autoridad escolar o laboral, o bien amigos, vecinos o personas conocidas o extrañas. Esto es, 30.7 millones han sido sujetas a actos violentos y discriminatorios alguna vez a lo largo de su vida.
La educación permitirá acabar con el problema de raíz, evitará miles de muertes y, sobre todo, permitirá a nuestro país avanzar hacia una nueva etapa de igualdad sustantiva y completo respeto entre toda la sociedad.