El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, no oculta el terror que le empieza a invadir por el primer desprendimiento de sus aliados petista y verde-ecologista, cuyos directivos ordenaron no apoyar a los candidatos morenistas para las elecciones de Coahuila el próximo cuatro de junio y postular a sus propios prospectos…
De acuerdo con los sentimientos políticos que prevalecen entre los colaboradores más cercanos de don Mario, y que fueron más que confirmados por nuestros sabuesos informativos, la lectura de los estrategas morenistas, considerados conspicuos, sobre estos desprendimientos, podría ser el inicio de la debacle que se les avecina…
Y tiene razón el dirigente ferviente adorador del presidente Andrés Manuel López Obrador, todavía propietario de Morena, porque sabe que Coahuila está perdida ante un candidato perdedor, el senador Armando Guadiana Tijerina, lo que sumado a las dudas que está generando el fingido triunfalismo con que están impulsando a Delfina Gómez Álvarez en el Estado de México, los nervios se le comienzan a subir a la cabeza…
Pero más razón tiene el mismo Mario Delgado, porque sabe que panistas, priístas y perredistas, a quienes seguramente se les sumarán los religiosos de Encuentro Social, están logrando construir una alianza de paulatino fortalecimiento social y así llegarán a la madre de todas las elecciones sexenales, las presidenciales…
Así se están construyendo caminos que además, comienza a amaina esa frase de notorio convencimiento entre los “chairos”, cuando se refieren al 2024: Morena ya ganó nuevamente la Presidencia de la República…
Ya veremos…