*Para que nunca se olvide, recordando el desafuero de AMLO
-7 de abril de 2005 no se olvida
-La oligarquía calumniadora unida, fue la que mandó
-Vicente Fox el títere
- Orden cumplida por 360 monigotes
-Defensa del pueblo ¡No estás solo! ¡No estás solo!
Efectivamente, para que nunca se olvide, aquel 7 de abril de 2005 se cumplió la orden girada por Vicente Fox, y en obediencia ciega 360 diputados federales desaforaron al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, claro todo ordenado por los poderes facticos calumniadores, que se sentían dueños del país.
Hecho que no sólo atentó contra la insipiente democracia por la que cruzábamos, llamada así por los arrastrados, alineados y corruptos intelectuales de ese momento, sino también en contra del principio de legalidad que da sustento a nuestro estado de derecho, quedando claro, que la ley se aplicó selectivamente y por ende la justicia quedó supedita a los intereses económicos y políticos de quienes realizaron la “gran jugada”, en una imprudencia política que, debido a su estupidez y desconocimiento jurídico, ni cuenta se dieron de lo que hicieron.
Qué cuando comenzó a tejerse la idea de eliminar a López Obrador, fue el 10 de junio de 2004 en la casa del empresario Rómulo O’Farril, donde un grupo de gansteriles empresarios, interesados e inmersos en el poder político, solicitaron en principio, y después le ordenaron al títere de Vicente Fox, impedir, a como diera lugar que el tabasqueño siguiera adelante en su camino para llegar a la máxima envestidura del país, por no convenir a sus intereses económicos, además por el temor a una “cacería de brujas”. Pero no olvidemos a políticos de aquel entonces que formaron parte de ese garlito, como los consumados corruptos priístas Manlio Favio Beltrones principal promotor del desafuero en la Cámara de Diputados, Alfredo Madrazo Pintado y el panistas Diego Fernández de Ceballos, entre otros.
Más esa petición de frenar a Andrés López Obrador, fue “catafixiada” por otras que no había cumplido el entonces primer mandatario, como son la reforma fiscal y las reformas estructurales, que posteriormente llevaron a la privatización de los sectores prioritarios del país, como son los energéticos; la historia de cómo se llegó hasta el desafuero, por un pretexto legal, ya es conocido por todos, dentro y fuera del país.
Desde luego que en este asunto del desafuero también intervinieron funcionarios del Gobierno federal, de la Procuraduría General de la República a cargo del general Rafael Macedo de la Cocha, quien solicito la orden de aprehensión en contra de López Obrador y del Poder Judicial en manos del ministro Mariano Azulea Guitrón, quienes desde luego desmintieron ser parte de los enfrentamientos políticos de esos momentos, cuando sus encargos sólo se limitaban a la “´procuración de justicia” y a la “aplicación de la ley”. Sin embargo, millones de mexicanos los señalaron como parte de la maquinaria destructora de la ley, la justicia y la democracia, y eso quedó demostrado al poco tiempo de los hechos, y en particular, de los derechos políticos del tabasqueño, que en aquel año del 2005 llevaba la delantera en las encuestas como el político con mayor simpatía social, basado en el buen desempeño que tuvo en el cargo de jefe de Gobierno del Distrito Federal pese a todo y pesándole a todos; recordemos que hasta el periodista Jacobo Zabludovsky lo calificó de “un gran gobernante”.
En cuanto a los diputados priístas y panistas que nuevamente se hermanaron al votar en favor del desafuero de Andrés Manuel López Obrador, no únicamente los distinguió su ignorancia y su voracidad, no sólo por las ganancias económicas que les dejó el dar su voto a favor del desafuero, sino el pensar en obtener mayores ganancias del futuro botín, lo que fue seguro por la continuidad de la corrupción de los gobiernos panistas y posteriormente del tricolor. Empero, también ganaron al aniquilar a su adversario político, sin importarles ser los principales torturadores de la democracia, la legalidad y el estado de derecho.
Sin embargo a todos los copartícipes del aberrante desafuero, pretexto legal, no les quedó ni un poco de vergüenza, porque después de esos hechos, siguieron mencionando ante el pueblo aquellos conceptos: democracia, la legalidad y estado de derecho, los cuales no debieron haber mencionado ni por equivocación y mucho menos enarbolarlos o llevarlos como bandera de sus partidos o a título personal. Sin embargo lo hicieron sin importarles que aumentara más la ofensa inferida en contra de los ciudadanos respetuosos de las leyes, libres y democráticos que en algún momento creyeron en ellos y en sus falacias, al hablar de un cambio de régimen.
No, no, esos señores que ocuparon las curules ni siquiera supieron lo insipiente y frágil que era la democracia en ese tiempo y habría que apuntalarla y únicamente provocaron que más se asentara el sistemas oligárquicos. Esa marrullería del poder económico y político pudo haber sido combatida por esos diputados y hubieran hecho crecer a nuestra democracia, la justicia y el estado de derecho, y así reinvindicar su imagen ante la sociedad y el respeto de las instituciones republicanas, pero fue una prueba excesiva para esos 360 monigotes, más no legisladores, quedando sus nombres marcados en la historia del país.
Ese atropello que fue justificaron “en nombre de la ley” quedó registrado en nuestra historia, en letras mayúsculas para no olvidarlo; Intelectuales, politólogos, analistas, historiadores y periodistas libres y democráticos, estuvimos en contra del desafuero, sin que eso significara que todos simpatizaran con la visión política de Andrés Manuel López Obrador.
Que hubo culpables de cumplir la orden y de la ofensa incurrida, sí los hubo: los 360 diputados y sus líderes, los dueños del dinero, la prensa corrupta y parte del aparato de Gobierno del Partido Acción Nacional y su siempre aliado priístas. Y ante ese aberrante panorama, el pueblo se unió para protestar en contra de esas conductas facciosas de manera multitudinaria en el Zócalo de la capital y en otras partes del territorio nacional, pero en forma pacífica, gritando ¡No estás sólo! ¡No estás sólo!, lo que obligó al gobierno y compinches a ya no dar seguimiento a la aprehensión del tabasqueño, quien nunca busco ampararse, y fue en una acción de panistas que depositaron una fianza para que no fuese detenido, Posteriormente el juez de la causa regreso el expediente a la Procuraduría General de Justicia por falta de elementos, todo chafa. Posteriormente, el político de Macuspana inició una gira de resistencia civil por gran parte del país. Mientras tanto, así fueron las cosas, que si fueron bien.