Mal, muy mal le fue al presidente Andrés Manuel López Obrador en su rauda presencia en la mina de carbón ubicada en el municipio de Sabinas, estado de Coahuila, donde 10 trabajadores se encuentran sepultados en un lugar concesionado a quien sabe quien…
De acuerdo a lo difundido en primeras planas de algunos periódicos que circulan en la Ciudad de México, pero con mayor resonancia en las “benditas redes”, don Andrés no fue bien visto en ese lugar de la tragedia y por el contrario, lo increparon principalmente mujeres…
Le dedicaron gritos lacerantes, pero destacó el que le manifestaron algunos familiares de mineros que siguen atrapados en la mina que, ni el propio López Obrador, supo informar quien es el auténtico propietario…
“Gracias, señor presidente, por venir a tomarse la foto con mi dolor, espero que sus fotografías le sirvan para su política”. Palabras textuales de afligida madre que sufría la incertidumbre de volver a ver con vida a su hijo minero…
Y esto llama la atención, por dos cosas fundamentales. Una: el inquilino de Palacio Nacional sabe de lo que es capaz un pueblo dolido y esto lo demostró cuando el descarrilamiento de la línea 12 del Metro en la Ciudad de México, y por eso soltó aquella frase de “al diablo con visitar ese lugar”…
Y la otra, porque en Coahuila habrá elecciones para gobernador el año próximo y ese tipo de episodios en nada le favorecen, ni a su imagen presidencial, ni a su partido Morena que, además, paulatinamente enciende pleitos internos que sacarán chispas y aquí se las esteremos reseñando…
Que quede para la reflexión…