Al parejo de inicio del periodo ordinario de sesiones de esta 65 Legislatura, también se activan los “grillos” en los desayunaderos políticos y comenzaron con el tema Andrés Manuel López Obrador-Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano…
Las primeras impresiones que soltaron a nuestros sabuesos informativos, son dos cosas: O el ingeniero se apanicó con eso de que está con los pobres o con la oligarquía, o de plano los integrantes del colectivo “punto de partido” lo engañaron con eso de que sus propuestas de luchar por un nuevo país no son maniobras políticas…
Como se sabe, don Cuauhtémoc inicialmente participó en la elaboración del documento que presentaron los integrantes de ese grupo el lunes a mediodía, pero en la mañanera del martes siguiente don Andrés respondió agresivo y lo secundó su alfil principal Claudia Sheinbaum Pardo…
Ante esa embestida Cárdenas Solórzano emitió breve comunicado por sus redes sociales para aclarar que ya no participaría en ese grupo, porque considera que tiene fines políticos, lo que desató conjeturas que, a querer o no, lesiona su añejo prestigio de valentía política y consistencia con sus principios democráticos…
Y más daño le hizo López Obrador cuando en la mañanera de este miércoles abordó el tema con sesgo triunfalista y sin dejo del garbo con que acostumbraba referirse al precursor de la lucha de la izquierda mexicana…
La pregunta es si el legítimo, afamado y respetado personaje se tragará esos sapos a estas alturas de su prestigio. Puede ser, concluye otro asistente a los desayunaderos, porque su hijo Lázaro Cárdenas Batel es parte del gobierno de López Obrador, al ocupar la cartera de coordinador de asesores en la Presidencia de la República…
¿Será?...
Pronto se sabrá…