*El flameado Jorge Romero Herrera (Parte 1)
Jorge Romero Herrera, cuyo ascenso meteórico en la política se lo debe a Mariana Gómez del Campo Gurza, sobrina del ex presidente Felipe Calderón, es un panista al que se le permitió dirigir una delegación -hoy alcaldía- (no puedo asegurar que democráticamente, porque lo acusan de haber inflado el padrón electoral), muy experto en el arte de las trapacerías y la simulación, quien suele darse golpes de pecho y es incapaz de no portar una imagen de la morenita cuando, según él, sale a ‘trabajar’.
Le encanta citar frases, aunque no las cumpla como “El que no da soluciones, da excusas” y no omite su palabra dominguera “categóricamente”. Se atrevió a decir en una entrevista que su principal legado sería “Una delegación más en orden, con menos comercio ambulante, menos franeleros, menos asaltos y más luz”, y resulta que en la actualidad la demarcación es exactamente todo lo contrario.
Cualquiera que no lo conozca pensaría que es un paladín de la justicia, hombre en toda la extensión de la palabra, incorruptible y cumplidor. Nada más lejos de la realidad.
Su cinismo es tal, que en la misma entrevista se atrevió a responder a la pregunta ¿Las construcciones irregulares son tu talón de Aquiles?: “No, va a ser el punto donde reconectemos con los vecinos ofendidos con razón. Les vamos a demostrar que estamos trabajando para ellos, con 209 suspensiones programadas, 50 suspensiones ejecutadas y 18 de 35 obras clausuradas.
La delegación está de su lado al 100%”. Actualmente se le señala de ser el líder del Cártel Inmobiliario de la Benito Juárez (BJ), a tal grado que hace unas semanas vincularon a proceso, por enriquecimiento ilícito a su hermana Noelia Romero Herrera dueña de una carísima propiedad en la demarcación.
Quienes lo conocemos sabemos que es, según el historiador holandés Huizinga, un homo ludicer o “ser travieso”, agregarle perverso, ventajoso, comodino y muy ambicioso, que constantemente necesita que le suministren suero porque se puede morir de “sed de poder”.
Cuando fungía como delegado sabía con bastante anticipación que su principal objetivo sería una diputación local, pero prefirió aguantarse las ganas y afirmar que lo iba a analizar, como dando a entender que la alcaldía BJ era primero, ya no la patria, su patria, sino la alcaldía.
Pero no sólo obtuvo la diputación local, sino la federal, había que cuidarse las espaldas mediante el fuero. Mentir, distorsionar, inventar, dar largas, engañar, son palabras que forman parte de su léxico y personalidad, y cada que puede las pone en práctica con la finalidad de sacar provecho personal, y si le sobra, lo reparte entre los miembros de su pandilla, los llamados “baby-panistas”.
Tal es el caso de Luis Alberto Mendoza Acevedo, actual diputado federal por obra y gracia del mismísimo Romero y que ahora quiere ser alcalde de la Benito Juárez, aunque no tenga ningún mérito.
Quien esto escribe constató personalmente la influencia que Jorge ejerce sobre Christian Von Roehrich cuando el segundo, siendo diputado local de Acción Nacional, arremetió contra la ex diputada perredista Dinorah Pizano, ex candidata del Sol Azteca en la misma alcaldía, durante la comparecencia de Romero en la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Roehrich sacó a relucir sus instintos misóginos contra Pizano, Romero levantó la mano y con unas cuantas palabras lo aplacó. Von tuvo que recular contra toda su voluntad, calladito no se vio más bonito, sino ‘chulo’ y actualmente es inquilino de un reclusorio de la Ciudad de México (CDMX) acusado de corrupción, y otro de los líderes del Cártel Inmobiliario que ganó la jefatura de la BJ.
No me lo crea, lector, pero cada que leo lo que escribe o dice Von Roehrich, se me figura que se trata de Jorge. Ahora me explico aquella frase “Pongámosle Jorge al niño”, y así lo hace Christian que quiere parecerse tanto al segundo, que tampoco se ha titulado y su hermana Sofía Soraya Von Roehrich de la Isla también fue arrestada por agentes de la Fiscalía de la CDMX en el marco de las investigaciones por corrupción a través de bienes inmuebles en la alcaldía BJ. Y ya que hablo de titulación, sin necesidad de acudir a la Plaza de Santo Domingo, Romero se ostentó como licenciado, sin serlo, acción considerada como delito por usurpación de profesión, y que se estipula en el Código Penal de la Ciudad de México:
“ARTÍCULO 323. AL QUE SE ATRIBUYA PÚBLICAMENTE EL CARÁCTER DE PROFESIONISTA SIN TENER TÍTULO PROFESIONAL, U OFREZCA O DESEMPEÑE PÚBLICAMENTE SUS SERVICIOS, SIN TENER AUTORIZACIÓN PARA EJERCERLA EN TÉRMINOS DE LA LEGISLACIÓN APLICABLE, SE LE IMPONDRÁ DE DOS A SEIS AÑOS DE PRISIÓN Y DE DOSCIENTOS A QUINIENTOS DÍAS MULTA.”
Por lo anterior, contra toda su voluntad, Jorge Romero tuvo que aceptar que no se había titulado, una bribonada más que quedó al descubierto porque el panista ni siquiera fue capaz de concluir una licenciatura, tal vez porque no pudo robarse acordeones, negociar con los maestros, poner un centro de soluciones en la dirección de la escuela o comprar a los vendedores de la cooperativa escolar para que abogaran por él. Ante tanta presión, finalmente se tituló en 2015, de lo cual tengo mis dudas.
Enfocado más en su persona que en las necesidades reales de una ciudadanía (la juarense), que votó por él, y que por obligación debía de atender también a los que no votaron por él, se le ocurrió crear un Centro de Corrupciones, perdón, Soluciones Ciudadanas en la demarcación, tal vez emulando aquella frase del ex presidente José López Portillo: "La solución somos todos".
Dicho Centro representó un gasto enorme y en el cual quedaron las huellas de la mano negra de la empresa Oracle, la misma que desinteresadamente ‘regaló’ un viaje hacia Brasil a dos ex funcionarios romeristas, posteriormente encarcelados en dicha nación por andar de “manos largas” y pasarse de violentos.
Tal centro operaba (¿seguirá operando o ya habrán contratado a otra empresa para justificar gastos y hacerse de más efectivo?) con el software que vendió dicha empresa y cuyo sistema de control de gestión y seguimiento se emplea en toda la alcaldía, además del área de atención ciudadana.
Con el paso del tiempo dicho Centro no ha cumplido con las expectativas que prometió y, aun así, Romero Herrera aceptó con gran orgullo y cinismo el premio Innovación Tecnológica. Para respaldar dicho premio se atrevió a decir, durante una entrevista que le hiciera el periodista Martín Espinosa, que “somos la delegación que ya más respeta el tiempo de los vecinos, porque nosotros hemos estrenado una completamente nueva página de Internet. También una nueva aplicación móvil y también un nuevo call center, en donde en menos de un minuto, Martín, lo que toma hacer una llamada o ponerte en tu computadora, puedes pedir con estos sistemas a la delegación Benito Juárez, literalmente, cualquier servicio.”
- ¿Cuánto invirtieron para este Centro de Soluciones Ciudadanas en Benito Juárez, delegado?, preguntó el periodista.
- Fueron entre el sistema que te digo, del portal, de la aplicación y del centro, alrededor de 18 millones en total; ni siquiera fue algo realmente tan caro y creemos que es algo que va a servirle de mucho. –respondió Romero.
Usted, estimable lector, ¿cree que fueron 18 millones invertidos en un espacio de más de mil cien metros cuadrados? Pero el panista, protegido por el entonces presidente de Acción Nacional, Gustavo Madero, continuó usando su lengua viperina y loca, pues agregó:
“Pero lo más importante, Martín, el auténtico compromiso, ya sea desde el Centro de Soluciones o desde la página o el call center, o esta aplicación para iPhone y para Android, lo más importante es que nos estamos comprometiendo, más allá de poner herramientas de atención, nuestro auténtico compromiso es que en Benito Juárez lo que sea que se nos pida, que evidentemente esté en nuestras facultades, nos va a tomar máximo cinco días resolverlo y no digo que cinco días, digo máximo cinco días”.
Lo anterior es una vil mentira y se puede constatar con varios vecinos que viven en la entidad y que aún después de cinco, ya no días, sino años, esperan una solución a sus problemas. Esta historia continuará…
Nos leemos la próxima semana