*Migración: La historia interminable (II)

Hasta 2019 los Estados Unidos de América, contaban con una población de 328 millones 461 mil personas, de ellas el 19 por ciento es menor de 15 años; el 65 por ciento tiene entre 15 y 64 años y los mayores de 65 representan más del 16 por ciento (53 millones de personas), en donde el promedio de edad en ese país es de 40 años.

Si a la vejez de la población añadimos la compleja dinámica económica de los EE.UU.  que exige de su sistema educativo un nivel de elevada especialización, sobre todo en actividades terciarias y sus demandas de productos y servicios se incrementa año con año, su sistema no genera la mano de obra para actividades primarias que efectivamente como dijo el desbozalado de Vicente Fox: “son trabajos que ni los negros quieren hacer”. Pero que alguien debe de realizar. Y eso no impide a los granjeros, constructores, cadenas hoteleras, agricultores, ganaderos, compañías de procesamiento de alimentos contraten a quien quiera hacerlos, aunque su estancia en el país sea indocumentada.

Por supuesto que en el mercado laboral como en cualquier mercado, siempre hay alguien que conoce o genera “atajos” para satisfacer la demanda de lo que sea; “enganchadores”, tratantes de personas, los coyotes y el crimen organizado son los competidores al sistema de trabajo de los Estados Unidos y una excelente fuente de ingresos para la patrulla fronteriza, el ICE, la CBP, y las otras agencias que atienden ese fenómeno. Porque en verdad resulta sorprendente que en los Estados Unidos no hay un solo capo o jefe de cártel de drogas identificado y mucho menos de una súper organización que pueda mover miles de personas a nivel internacional, sin que haya una cabeza visible. Lo que si resulta visible por todos lados es la corrupción de las autoridades en ambos lados de la frontera

CRIMEN SIN RESPONSABLES

Desde su fundación las noticias de conspiraciones, pactos secretos, hermandades benéficas y perversas han aflorado por doquier, pero curiosamente en Estados Unidos es de los pocos lugares en el mundo donde como ya se dijo, pueden pasar camiones, aviones, barcos cargueros y todo tipo de personas, explosivos, armas, drogas, químicos a niveles verdaderamente industriales sin que exista una cabeza aparente de tan multimillonario y canallesco negocio.

Cuando hay redadas o detenciones en centros de trabajo siempre son los trabajadores los inculpados. Los patrones, las autoridades locales y federales misteriosamente viven engañadas de lo que sucede a su alrededor, aunque sea un secreto a voces que los migrantes son quienes hacen la labor difícil de la comunidad.

Como bien sabemos, los Estados Unidos de Norte América, debe su fundación y éxito a los migrados europeos (y de otras partes) que a fuerza de fanatismo, hambre, esfuerzo, abuso, esperanza, discriminación, exterminio en masa, esclavitud, guerras, despojos, y en el siglo XX dedicación a la producción militar y científica hasta el exterminio atómico es que todavía es considerado como la primera potencia mundial.

Joseph Smith habló con su Dios y fundó la religión mormona el 6 de abril de 1830 en Nueva York. Apenas 54 años después de haberse constituido como país independiente, ya tenían una religión ad-hoc a sus nuevas circunstancias (poligamia incluida). Así que los mormones con su misión a cuestas pudieron incrementar su grey y su asentamiento en territorios pertenecientes a las tribus originarias y sacrificarlas en nombre del Señor, aunque no de “sus sabias enseñanzas”.

De esa manera los buenos migrantes norteamericanos fueron creciendo sus trece colonias y de los 250 mil habitantes que tenían en 1700, para 1776 ya eran dos millones y medio. Pero la mano de obra seguía fluyendo rápidamente y en 1780 había 575,425 esclavos (la quinta parte de la población colonial) y no solo eso, los escoceses y los ingleses pobres continuaron llegando como “sirvientes contratados” “para —a cambio del pasaje—, trabajar y ser tratados como esclavos por un período medio de cuatro años, tras los cuales recobraban su libertad”*.

“En cuanto a los inmigrantes libres ya no eran exclusivamente ingleses. Entre 150.000 alemanes luteranos y 250.000 escoceses  del Ulster presbiterianos se establecieron en los territorios de frontera de Pensilvania, Virginia y Las Carolinas. Allí ocuparon y roturaron las tierras de forma ilegal, disputándolas peligrosamente a los nativos americanos”*.  Más de 1.5 millones de irlandeses emigraron a América entre 1845 y 1855, durante la Gran Hambruna que devastó Irlanda y ayudaron a poblar al territorio del que recién se había despojado a México.

*https://www.planetadelibros.com/libros_contenido_extra/40/39877_Historia_de_los_Estados_Unidos.pdf

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