*Distintas características del pensamiento en la forma de gobernar
Los problemas por los que atraviesa el país y que poco a poco se han ido saneando, culpa de las herencias de la política económica neoliberal establecida por más de 40 años, exigen de un profundo conocimiento de la historia, presente y pasada, así como las causas y efectos del por qué, de las condiciones en las que viven millones de mexicanos.
Tomar la responsabilidad más importante de la nación, no es una cuestión de resolver problemas presentes con planes y programas que sirvan mínimamente a la población de menores recursos. Ni tampoco el estar atendiendo, el cómo engrosar el presente y el futuro económico de un pequeño sector de la sociedad pudientes (personas físicas o morales), como lo hemos visto en el pasado, los cuales no dejan ni dejarán de insistir en regresar a ese estado placentero y de opulencia, en la mayoría de los casos invadido de corrupción, la cual es blindada con mucho dinero, fruto de esas acciones que han enfermado al país de pobreza, de pobreza extrema, y estancamiento en la mayoría de los rubros de la política social. Por lo tanto, esa no es tarea, ni principal responsabilidad de quien lleva ahora la dirección del país.
Y es así, que desde hace más de tres años, la responsabilidad del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y su gobierno, está encaminada, como lo estamos viendo y conforme a la historia, en abatir la corrupción, y en tratar de resolver los problemas mediatos e inmediatos de la población más necesitada del país, y buscar los mecanismos idóneos para alentar la productividad y el desarrollo nacional para reducir el abismo de la desigualdad social, que creó el neoliberalismo económico, y es por ello, que la educación, la salud y la creación de empleos, están siendo prioritarios e imperativos del pueblo.
Empero, esto no lo entienden todos aquellos que han caminado con una visión y pensamiento distinto como dogma, lo cual ha tenido como único fin el saquear a la nación, ni tampoco los que ahora se suman a esa posición, pues los convencieron, seguramente a base de billetes, de apartarse de los valores que les dieron identidad ideológica y política en alguna ocasión, y ahora, nuevamente le están dado la espalda al pueblo.
Y más aún, cuando esos líderes representados en partidos políticos de derecha, y sus aliados los dueños del dinero, auto llamados patriotas, nunca les interesó postular a la Presidencia a alguien que se haya caracterizado por su pensamiento y que haya representado las fuerzas del contexto social, un hombre que haya formulado obras como consecuencia del análisis profundo de las necesidades del país, la utilidad y sus beneficios, todo, alejado de la corrupción. No lo saben. Nunca les ha importado.
El hecho, es que opositores del actual gobierno, cegados por el encono que le profesan a quien lo encabeza, no alcanzan a reconocen ni en lo más mínimo, que gracias al conocimiento histórico del país que tiene el Presidente López Obrador, ha podido ir sorteando, aunque sea poco a poco, algunos de los grandes problemas que dejaron los gobiernos, desde Miguel de la Madrid hasta el de Enrique Peña Nieto, que nos hundieron en una grave crisis económica, y por ende la pobreza extrema de millones de mexicanos y el olvido de las instituciones públicas como las de salud, educación, procuración y administración de justicia, por mencionar algunas. Y qué decir de la creación de empleos dignos y bien remunerados, se estancaron y en muchos casos se redujeron.
Y si bien se agudiza la crítica en contra del Presidente porque se ha preocupado inicialmente en mejorar por lo menos la subsistencia alimentaria de los más pobres, es algo absurdo, y también se equivocan, cuando nadie podrá realizar un trabajo, ni menos un acto de responsabilidad social si es una persona que padece lacerantes huellas de las necesidades básicas. De ahí que la actual conducción política social, está respondiendo y resistiendo con dignidad la ola de problemas que afronta, imposibles de evitar en un santiamén.
Es así, que a cada momento quienes forman el bloque opositor del régimen morenista, PAN, PRI, PRD y MC, demeritan el trabajo de la actual administración del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en la mayoría de los casos sin fundamento legal o político, al estar recurriendo a un discurso amalgamado, más inventado que real, sobremanera, cuando PRI, PRD, lacayos del PAN, han tirado a la basura sus bases ideológicas y sus teorías partidistas, que en un momento fueron apoyo en su proyectos.
La política del gobierno tiene nuevas características, y un pensamiento lúcido donde se fincan las obras a realizar; era necesario un nuevo pensamiento que condujera al país, y para eso, fueron muchos los años de lucha para que se abrieran los espacios políticos, aún a pesar de consabidos fraudes electorales y un sin fin de calamidades y muertes, y todo ello se encaminó a ese arribo inédito, de una nueva política de gobierno, bienvenida, aceptada y apoyada cada vez más por millones de mexicanos.