Es posible reducir hasta 40 por ciento el tráfico y los congestionamientos en la Ciudad de México con la implementación de carriles reversibles adaptativos, consideraron Dante Pérez Méndez y Carlos Gershenson García, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) y del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3).

Se trata de los desafíos más urgentes que enfrentan las urbes, por lo cual consideraron necesario revisar estrategias innovadoras para reducir los atascos.

“Queríamos ver qué tanta diferencia habría en tener carriles reversibles con horarios fijos, como hay ahora, en comparación con tener carriles reversibles adaptativos, que básicamente cambian su sentido dependiendo de la demanda que haya en ese momento en diferentes direcciones”, explicó Gershenson García.

Los carriles reversibles operan de forma fija en las grandes metrópolis del mundo, con el objetivo de mejorar la circulación en las horas pico, lo cual es eficiente en escenarios específicos, comentaron los especialistas.

Por ejemplo, desde hace varios años en la Ciudad de México se establecieron horarios para cambiar el sentido de circulación en el Viaducto Elevado Bicentenario que se invierte a la altura de Lomas Verdes; lo mismo ocurre en Eje 5 Sur avenida Eugenia; Eje 6 Sur avenida Ángel Urraza; Viaducto Tlalpan, los fines de semana; así como las avenidas Luis Cabrera, Río San Joaquín y Fray Servando.

“Algo de lo que vemos a la hora que cambian de sentido los carriles reversibles, es que se hace un caos porque llegan los vehículos en una dirección y los que todavía van en la otra; cuando se hace el cambio deben desviarlos a todos y eso es contraproducente”, comentó Gershenson García.

A su vez, Pérez Méndez agregó: los patrones de tráfico en las ciudades son variables e impredecibles debido a la naturaleza compleja de este fenómeno, especialmente en las horas pico, e intervienen demasiados factores para determinar exactamente el flujo, por lo cual tener un sistema que se adapte en tiempo real sería más eficiente.

“Si tuviéramos sensores que midieran en tiempo real cuántos vehículos hay en una dirección y cuántos hay en otra, podríamos tener un carril reversible o varios que funcionaran de acuerdo con esta demanda en lugar de un horario fijo”, precisó.

Modelo matemático

Para el estudio, los expertos utilizaron modelos conocidos como autómatas celulares, los cuales les permitieron revisar el flujo suponiendo que los carriles reversibles sean también adaptables; es decir, que pueden cambiar su dirección utilizando información en tiempo real para responder a las fluctuaciones de la demanda del tráfico.

Gershenson García precisó que los modelos matemáticos han revelado que las demandas del flujo vehicular varían día con día y “tenemos una configuración que se adapta será hasta 40 por ciento más eficiente, en comparación con una que tiene horarios fijos, pues éstos pueden generar ‘cuellos de botella’ de manera innecesaria”.

En este sentido, Pérez Méndez añadió que este tipo de iniciativas son altamente novedosas pues incluso en Estados Unidos se han realizado programas piloto en California, mientras que en China hay artículos que describen cómo deben realizarse este tipo de maniobras.

Los resultados del modelo desarrollado por los investigadores del IIMAS en colaboración con María Elena Lárraga y José Luis Mateos, del Instituto de Física, fueron publicados en la revista PLOS ONE.

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