Las y los médicos se enfrentan a situaciones en las que deben tomar decisiones y a contextos que por su complejidad se vuelven un dilema, pues presentan dos o más posibilidades de solución de un problema clínico o de un conflicto ético.
Por ello, es fundamental incluir el razonamiento en esta materia en los futuros profesionales, consideró la secretaria general de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Irene Durante Montiel.
De los 20 a 30 años, dijo, el individuo desarrolla estrategias de solución de problemas que promueven cambios en su persona y resultan útiles en la atención y solución de conflictos éticos morales. “Justo en esta etapa se ubican nuestros estudiantes”.
El factor principal que estimula el desarrollo ético formal es la educación, particularmente cuando el proceso lleva al individuo a enfrentar desacuerdos a partir de una perspectiva universal, explicó la experta ante la coordinadora del Seminario Universitario de Historia, Filosofía y Estudios de las Ciencias y la Medicina (SUHFECIM) e integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, Ana Barahona Echeverría.
Durante Montiel ofreció una conferencia sobre el tema en el ciclo Razonamiento Ético en Medicina, organizado de manera híbrida por el SUHFECIM y la FM.
En el auditorio Dr. Raoul Fournier Villada afirmó que en este contexto el grado de desarrollo y formación es directamente proporcional al número de años de enseñanza formal, sobre todo a nivel superior.
“La efectividad de la intención formativa en ética se logra cuando la intención se dirige al reconocimiento, atención y solución de conflictos éticos por medio de actividades que lleven a procesos de reflexión y razonamiento”, aseguró ante el moderador Mario Cruz Montoya, jefe de sección académica en la Coordinación de Ciencias Básicas de la FM.
Entre los principales dilemas de los médicos se encuentran los agravios a la autonomía del paciente; la inexperiencia, rudeza o falta de sensibilidad; los problemas relativos al derecho a la información; la negligencia médica; la irresponsabilidad profesional y el error médico, enfatizó.
La especialista definió al razonamiento virtuoso como la habilidad del pensamiento o proceso intelectual que utilizamos para organizar y estructurar ideas, que nos permitan llegar a una conclusión en términos de la ética médica.
Recordó que la toma de decisiones en Medicina muestra la responsabilidad legal y ética del profesional, y consideró que al atender al paciente se deben evaluar riesgos y resolver el problema. “Debemos aprender a escuchar al paciente, ser tolerantes y valorar si una solución médica mejora la calidad de vida del enfermo”.
Al abordar un asunto concreto, el médico debe primero caracterizar el reto, incluir las perspectivas médicas y, de acuerdo con ellas, fundamentar la determinación. Para identificar las opciones recomendó observar, buscar más información antes de decidir una intervención y realizar el tratamiento.
De acuerdo con Durante Montiel, es indispensable ponderar las consecuencias (si mejora la calidad de vida del paciente y su salud, o produce efectos adversos no deseados), así como establecer el impacto de las elecciones de resolución (si resuelve la necesidad del paciente y su familia, si es coherente con la ética profesional y si cumple con el marco normativo institucional o jurídico aplicable).
Al comentar la conferencia, Barahona Echeverría destacó la importancia de entender que la ética no es para encontrar culpables, sino soluciones.
“Me parece muy importante que los estudiantes de Medicina entiendan que el médico tiene ciertos principios que debe de seguir: no hacer daño y ser capaz de brindar soluciones basadas en la Medicina y en la ética, pues ambos componentes son indispensables”, destacó.
Y concluyó: Es imperante la enseñanza del razonamiento en esta materia para que los profesionales de la salud sepan tomar resoluciones informadas.