Por Violeta Contreras García
Las redes de telecomunicaciones y las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) están siendo una palanca para la productividad en América Latina, tras la crisis económica generada por la pandemia de la Covid-19, expuso Daniel Hajj, director General de América Móvil.
Durante la inauguración del Mobile 360, organizado por la GSMA, el ejecutivo afirmó que las tecnologías digitales brindan oportunidades extraordinarias para impulsar la recuperación post coronavirus. Y enfatizó que “las telecomunicaciones siempre han sido estratégicas, pero esa importancia se acrecenta en tiempos de crisis”.
Sin embargo, para poder aprovechar su pleno potencial, Hajj advirtió que “aún se requiere una inversión significativa” del sector, a fin de expandir la infraestructura de las redes, que son soporte de tecnologías de vanguardia como 5G o Internet de las cosas, y promover el desarrollo de la economía en general.
“Es importante tener regulaciones que promuevan la inversión y que coadyuven a la convergencia, para lograr una infraestructura resiliente; disponibilidad de espectro, evitando altos costos que afecten la asequibilidad; dispositivos inteligentes a precios adecuados; un marco impositivo que impulse la cobertura y el acceso a servicios, y habilidades digitales en todas las personas”, dijo el directivo.
Uno de los principales temas en la apertura del evento fue la urgencia de enfocar los esfuerzos de la industria y el gobierno para cerrar las brechas de uso de las tecnologías. Si bien la cobertura de Internet se ha incrementado considerablemente, hay una porción de la población que aún no se conecta, debido a otros factores.
John Giusti, director de Regulación de la GSMA, explicó que las brechas de uso se deben a barreras como la falta de asequibilidad, de contenido relevante, de habilidades digitales, o preocupaciones sobre su seguridad en el entorno digital. Giusti resaltó que el cierre de estas brechas y el desarrollo de nuevas tecnologías como 5G depende de políticas públicas adecuadas y de que los países entreguen espectro radioeléctrico a precios razonables.
América Latina ya ha tenido algunos ejemplos que muestran que se pueden hacer ajustes en la política digital hacia la dirección correcta, precisó Maryleana Méndez, secretaria Ejecutiva de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).
Entre ellos, señaló que están los casos de Panamá, que redujo el precio del espectro en más de 60 por ciento; Brasil, con una subasta 5G que prioriza la conectividad; Chile, con su agenda digital de visión a largo plazo; así como Colombia, con su sandbox regulatorio TIC.
Si bien ya existen algunos ejemplos, Maryleana Méndez dijo que para avanzar en la digitalización no será suficiente la acción individual, sino que se requiere la colaboración del ecosistema para promover soluciones digitales justas, sostenible e innovadoras que generen oportunidades sociales.
Casos de uso pueden ser la clave
Precisamente, para avanzar en el cierre de las brechas digitales, el comisionado presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) de México, Javier Juárez, comentó que los casos de uso de nuevas tecnologías podrían ser una vía para conectar a más personas.
En México, 24.4 por ciento de la población sigue sin conectarse a Internet: algunos por la falta de cobertura en las áreas donde habitan, pero otros debido a obstáculos como la asequibilidad de los precios en relación con los ingresos o la falta de habilidades digitales.
Por eso, el subsecretario de Transportes de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes de México, Rogelio Jiménez Pons, aseguró que el gobierno actual tiene como objetivo prioritario incrementar el acceso equitativo a las tecnologías, y está implementando un programa de cobertura social para llevar Internet a las localidades desconectadas.
Aunque el gobierno asegura que la conectividad es una de sus prioridades, México ha sido muy criticado por la industria debido a sus altos costos del espectro, lo cual constituye una barrera para la masificación de los servicios, la expansión de 5G y la inclusión digital.
Precisamente, la subdirectora de Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco, Gabriela Ramos, destacó la necesidad de promover una revolución digital inclusiva, adoptando un enfoque ético en la adopción de nuevas tecnologías, que permita tanto el aprovechamiento a favor del bienestar social como el desarrollo económico de los países.