Atenas / Ciudad de México, 18 de septiembre de 2018.- Médicos Sin Fronteras (MSF) es testigo de una emergencia sanitaria y de salud mental sin precedentes entre los adultos y, especialmente, los niños, que permanecen en el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos. MSF pide la evacuación de urgencia de todas las personas vulnerables, y en particular, de los menores, a alojamientos seguros en la Grecia continental y en otros estados miembros de la Unión Europea.
La política de contener a los solicitantes de asilo en las islas griegas ha llevado a más de 9.000 personas, un tercio de ellas niños, a quedar atrapadas indefinidamente en el campo de Moria cuya capacidad máxima es de 3.100 plazas.
Cada semana, los equipos de MSF están viendo múltiples casos de adolescentes que han intentado suicidarse o se han autolesionado. Los trabajadores humanitarios están atendiendo numerosos pacientes heridos en incidentes causados por la violencia, por autoagresiones en niños o como consecuencia de la falta de acceso a atención médica urgente. Así mismo, los equipos han detectado brechas importantes en la protección de los niños y niñas y de otras personas vulnerables.
En una actividad grupal de salud mental para niños de entre 6 y 18 años, desarrollada de febrero a junio de este año, los equipos de MSF observaron que casi uno de cada cuatro participantes (18 de 74) se había auto infligido daños, había intentado suicidarse o había tenido pensamientos suicidas. Otros pacientes menores sufren de mutismo electivo, ataques de pánico, ansiedad, estallidos de agresividad y pesadillas constantes.
"Estos niños proceden de países en guerra, donde han experimentado violencia extrema y traumas. En lugar de recibir cuidado y protección en Europa, están sujetos a un temor constante, a estrés y a nuevos episodios de violencia, incluida violencia sexual", explica Declan Barry, coordinador médico de MSF en Grecia.
"Además, el ambiente es inseguro e insalubre, y como resultado estamos viendo muchos casos de diarrea recurrente e infecciones de la piel en niños de todas las edades. Con este grado de hacinamiento y de condiciones, el riesgo de brotes es muy alto".
Solo en las primeras dos semanas de septiembre han llegado a Lesbos más de 1.500 personas. Dada la falta de espacio, están durmiendo al raso; además, carecen de comida suficiente y apenas reciben atención médica. MSF ha asistido a muchos niños a quienes el hospital de la isla considera que deben ser trasladados a Atenas para recibir tratamiento.
Sin embargo, debido a la falta de alojamientos en el continente, estos niños se ven obligados a vivir en un entorno donde su condición médica y su salud mental se deterioran.
"Es el tercer año en el que MSF solicita a las autoridades griegas y a la UE que asuman la responsabilidad de sus fracasos colectivos y que pongan en práctica soluciones sostenibles para evitar esta situación catastrófica", recuerda Louise Roland-Gosselin, coordinador general de MSF en Grecia. "Es hora de evacuar de inmediato a los más vulnerables a un alojamiento seguro en otros estados europeos.
El interminable ciclo que conforman las descongestiones de los centros con carácter de urgencia y las terribles condiciones que seguimos presenciando en Moria tienen que acabar. Es hora de poner fin al acuerdo UE-Turquía", concluye Roland-Gosselin.
MSF trabaja en el exterior del campo de Moria desde finales de 2017 donde atiende necesidades en materia de salud mental, infantil y salud sexual y reproductiva. La organización médica-humanitaria también dirige una clínica de salud mental en Mytilene desde octubre de 2016.