Por Efrén Páez Jiménez
(dpl news) Los principales fabricantes de chips globales han puesto a revisión sus planes para aumentar su capacidad de fabricación de semiconductores en Estados Unidos en tanto la ley CHIPS for America se mantiene estancada en el Congreso, retrasando la llegada de subsidios y estímulos para el sector.
De acuerdo con un reporte de Nikkei Asia, Intel detuvo la instalación de una planta de chips por 20 mil millones de dólares (USD) en Ohio. La compañía le dijo al medio que ante el retraso en la aprobación del fondo de inversión para el segmento, “no sabe cuándo se completará” la planta.
La CHIPS Act incluye la aprobación de un fondo por hasta USD 52 mil millones y otros estímulos fiscales para promover la fabricación de semiconductores en Estados Unidos, y así reducir la dependencia del país hacia fundiciones asiáticas, especialmente de Taiwán y China.
Por su parte, TSMC reveló planes para construir una planta de chips de USD 12 mil millones en Arizona en mayo de 2020, pero señaló al medio japonés que la construcción llevará más tiempo sin subsidios. La compañía planeaba comenzar la producción en 2024.
Kung Ming-Hsin, ministro del Consejo Nacional de Desarrollo de Taiwán y miembro de la junta de TSMC, dijo que la compañía “ya ha comenzado su construcción en Arizona, básicamente por confianza. Creen que la Ley CHIPS será aprobada por el Congreso”, según cita el reporte de Nikkei Asia.
En la reunión anual de accionistas de la compañía en junio, el presidente de TSMC dijo que el costo de construir su planta de chips en Estados Unidos es más alto de lo estimado anteriormente y pidió a Washington que extienda el apoyo planificado para la industria de chips a empresas extranjeras y nacionales.
GlobalFoundries, compañía norteamericana antes parte de AMD, reiteró también que sus planes de inversión por mil millones de dólares para la instalación de una fundición en Nueva York depende de la aprobación de la Ley.
El gobierno de Estados Unidos presentó la Ley y un paquete de estímulos luego de haberse registrado una escasez mundial de semiconductores, además de conflictos comerciales con China. La Ley, que cuenta con apoyo bipartidista, tendría el objetivo de proteger al país norteamericano frente a nuevas disrupciones a la cadena de valor global de este componente, por lo que algunos la consideran un tema de seguridad nacional.
Otras compañías que componen la cadena de valor de semiconductores también revelaron que retrasarían sus planes de inversión en el país si no se presentan los estímulos adecuados.
GlobalWafers de Taiwán, el tercer mayor productor mundial de obleas de silicio para la fabricación de chips, indicó que la Ley “ayudaría a compensar los altos costos de producción en los Estados Unidos”. La compañía prometió una planta de 5 mil millones de dólares para la fabricación de obleas en Texas.
A pesar del apoyo político bipartidista a la Ley, su aprobación se ha retrasado debido a que no se han podido asegurar los fondos, así como por conflictos entre diferentes versiones de la Ley presentadas tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.