Por Paula Bertolini
(dpl news) Salvador de Bahía, Brasil.- América Latina se encuentra en una encrucijada clave para definir su futuro digital. En un contexto global donde la tecnología impulsa el crecimiento económico y la innovación, la región enfrenta el desafío de construir su autonomía digital.
Pero para eso se requiere de unión entre los países, avanzar en cierre de brechas digitales, uso productivo de la tecnología, habilidades digitales y regulación justa. En eso coincidieron los participantes del panel “Autonomía digital en América Latina: ¿cómo lograrla?”, del primer día del ICT LAC Summit.
La región tiene tres ventajas para ser competitivas en la era digital, sostuvo Carlos López Blanco, experto en economía digital y telecomunicaciones: una población joven y preparada, unas magníficas infraestructuras de telecomunicaciones y un grupo de reguladores que están a tiempo de ser los reguladores del mundo digital.
Afirmó que una región que no tiene masa crítica para aprovechar las economías de escala no será relevante en el mundo digital. “América Latina tiene que entender que sin un mercado único digital no va a poder, va a estar condenada a no ser relevante en el Siglo XXI”.
“Cuando hablamos de soberanía digital nos referimos a la capacidad de los tomadores de decisiones a dar la mejor tecnología, al menor precio y con la mayor competitividad”, dijo Johana Obando Bonilla, vicepresidenta de la Comisión Especial Permanente de Ciencia, Tecnología y Educación de Costa Rica.
“La soberanía tecnológica es importante porque supone ser un pueblo democrático, y porque impacta a la vida de los ciudadanos, para la reducción de la brecha digital (…). El trabajo regional es clave para el desarrollo de la tecnología”, afirmó Obando y señaló que hay grandes retos en la región: 5G, promover estándares para IoT, la digitalización de los procesos y promover la infraestructura. “Hay que trabajar en marcos regulatorios que no asfixien a la industria”, agregó.
En la búsqueda de la autonomía digital, dijo Atilio Rulli, vicepresidente de Relaciones Públicas para América Latina y el Caribe de Huawei, la región tiene mucho para hacer; sin embargo, lo importante es que “juntos vamos a conseguir hacer mucho más de lo que pensamos un tiempo atrás”.
Destacó la oportunidad que genera la conectividad omnipresente: sostuvo que de cada dólar invertido en infraestructura digital, el retorno en el PIB es de cinco veces. “Es relevante el diálogo y la cooperación entre países, y el trabajo público-privado”, aseveró.
Para Edwin Fernando Rojas, asistente senior de Asuntos Económicos de la Cepal, América Latina tiene que seguir abordando desafíos como la conectividad, adopción de tecnologías digitales en el sector productivo y las habilidades digitales. “Si no tenemos habilidades digitales no habrá ningún proceso de transformación digital”, mencionó.
Asimismo, resaltó la importancia de la conectividad significativa. Dijo que en Chile, sólo 36 por ciento de los usuarios que tienen acceso poseen conectividad significativa, y en Brasil, sólo el 28 por ciento. “Tenemos muchos desafíos pendientes y debemos enfocar los esfuerzos”.
Por su parte, Hugo Valadares, coordinador general de Información y Tecnologías Informáticas del Instituto Brasileño de Información en Ciencia y Tecnología, destacó que existen “puntos importantes que tenemos que abordar todos los países: la formación de las personas con grandes capacidades en temas científicos y digitales, de manera que las personas puedan tener autonomía en la elaboración de las tecnologías”.
Durante su keynote sobre autonomía digital, Jorge Fernando Negrete, presidente de DPL Group, destacó que con la conectividad se crean sociedades innovadoras. “No hay registro en la historia donde exista la mayor cantidad de solicitudes de patentes como lo es ahora. Quien se conecta genera directa o indirectamente innovación”.
Agregó que todos los modelos de negocio de la sociedad industrial quieren sobrevivir y dominar en la era digital, y que es un desafío la interpretación de los derechos fundamentales que hace cada país.
“Hay un cuestionamiento a las formas tradicionales de regular el mundo digital, aprendimos a inspirarnos en la regulación europea, pero en América Latina el sector de telecomunicaciones se consolidó y en Europa no”, afirmó.