Por Jorge Bravo
(dpl news) Para lograr el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones y de fibra óptica que genere competencia, convergencia y beneficios para los usuarios, “deben ponerse de acuerdo todos los partidos en las políticas tecnológicas y lograr un gran acuerdo de Estado”, declaró Víctor Calvo-Sotelo, director General de la Asociación Española para la Digitalización.
Entrevistado en el marco del Mobile 360 en la Ciudad de México, reveló que en España se ha conseguido sacar de la pelea política las cuestiones que tienen que ver con el mundo digital.
A la consulta sobre cómo elevar entre los líderes y tomadores de decisiones la importancia de la infraestructura de telecomunicaciones, Calvo-Sotelo advierte que existe unanimidad de que “el futuro de nuestros países, de nuestros pueblos, es la digitalización. Una condición necesaria para que eso ocurra es que haya despliegues rápidos e infraestructuras que alcancen a toda la población”.
– ¿Cómo lograr que los líderes, los políticos y los legisladores de América Latina entiendan que la infraestructura digital es la del siglo XXI?
– Repitiendo una y otra vez el mensaje. Se está ganando esa batalla de las ideas: la conciencia en los reguladores, los representantes nacionales en los parlamentos y en los gobiernos. Se está consiguiendo ver que [lo digital] va más allá de las peleas políticas y que tiene que ser una cuestión de grandes acuerdos de Estado sobre la base de la importancia que tienen las políticas digitales.
Calvo-Sotelo relata que “se ha hecho un gran esfuerzo de políticas públicas, de ayudas del Estado y de una regulación inteligente que quite barreras a los despliegues de redes, facilite los permisos con los ayuntamientos y la realización de obras”.
El también ex Secretario de Estado de Telecomunicaciones explicó que en España “hemos tenido la suerte de contar con grandes operadores europeos compitiendo por nuestro mercado. Todos han hecho grandes inversiones”.
Aclaró que dichas inversiones de operadores como Telefónica, Orange y Vodafone “las han hecho dentro de un marco jurídico que les daba una garantía de hacer esos despliegues y de innovar”.
En España, 79% del total de las conexiones de banda ancha fija son de fibra óptica, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El liderazgo del país ibérico sólo es superado por Corea del Sur (86.6%) y Japón (83.3%), pero España está por arriba de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia e incluso Estados Unidos en despliegues de redes de fibra óptica.
Calvo-Sotelo reconoce que en los últimos años “España ha sido innovadora en Europa en el despliegue de fibra, pero también en políticas comerciales como hacer paquetes con acceso a Internet, telefonía móvil y televisión de paga”.
Es decir, la regulación y las políticas digitales españolas favorecieron la competencia, la inversión, los despliegues de fibra óptica y la convergencia de servicios.
Contribución justa: llegó la hora
El ex Secretario de Estado de Telecomunicaciones de España busca que las grandes plataformas de Internet contribuyan de forma justa al despliegue de infraestructura. Se trata de un debate global que ya inició en Corea del Sur, Europa, Estados Unidos e incluso América Latina, donde Brasil lleva la delantera.
“Es una contribución justa, necesaria, precisamente por la importancia fundamental de contar con esas grandes redes que den conectividad a todo el mundo”, explica. “La contribución justa es una idea a la cual le ha llegado su momento.”
Por la experiencia de Víctor Calvo-Sotelo en el sector privado, público y ahora dirigiendo la asociación Digitales, su mensaje para América Latina es compartir principios, reconocer los derechos de las personas en el mundo digital y tener aproximaciones comunes en el diálogo global sobre cuál es el futuro que enfrentamos.
“Está el problema de las infraestructuras, pero también cómo regulamos la Inteligencia Artificial, los derechos de privacidad y la gestión de los datos de las personas.”
Para Calvo-Sotelo no hay sitio para tantas posturas. “China es un ejemplo donde la posición del Estado es la que cuenta más. En Estados Unidos es el mundo de la empresa comercial. En Latinoamérica y Europa son los derechos de la persona. Esa aproximación permite a América Latina y Europa buscar un futuro digital más coherente con nuestros valores”.