(Del Banco Mundial para Grilla en el Poder).- El plomo está presente en todos los materiales que nos rodean, a menudo de manera invisible. Se infiltra en nuestra vida cotidiana, desde las fábricas, las minas y las especias hasta las tuberías de agua, los cosméticos y los juguetes, especialmente en los países de ingreso bajo y mediano.
La pintura con plomo también sigue siendo común en muchos lugares y afecta de manera desproporcionada a los pobres, que tienen más probabilidades de estar expuestos a ambientes contaminados con este metal.
Esta contaminación tiene consecuencias de gran alcance en la salud de los adultos, como las enfermedades cardiovasculares, e impactos en el desarrollo cerebral de los niños, con efectos secundarios en el coeficiente intelectual, las habilidades de aprendizaje y el potencial futuro.
Tales repercusiones pueden traducirse en una pérdida de más del 11 % de los ingresos a lo largo de la vida de los niños que participarán en la fuerza laboral.
La buena noticia es que la contaminación por plomo es un problema que se puede resolver, pero se requiere el establecimiento de asociaciones, compromiso político y una acción decidida.
Sabemos que se puede hacer, ya que la comunidad mundial ha abordado con éxito desafíos similares, como la eliminación del plomo de la gasolina y de las sustancias que agotan la capa de ozono, entre ellos los clorofluorocarbonos de los refrigerantes y los aerosoles.
Ahora solo tenemos que actuar: los Gobiernos, los organismos multilaterales, las empresas privadas y las entidades filantrópicas deben trabajar juntos.
Afortunadamente, se está generando impulso. Recientemente, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y Unicef lanzaron la Alianza para un Futuro sin Plomo (i), una asociación mundial público-privada que trabaja para poner fin a la intoxicación infantil por plomo en los países de ingreso bajo y mediano.
El Banco Mundial se sumó a este esfuerzo, junto con la Organización Mundial de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Open Philanthropy, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Dangote, y muchos otros países miembros y organizaciones asociadas.
Trabajando juntos podemos reducir significativamente las muertes innecesarias debido a las enfermedades cardiovasculares, así como las pérdidas del producto interno bruto causadas por las reducciones en el coeficiente intelectual y el potencial de las personas.
Las soluciones existen: no es necesario que haya plomo en nuestras tuberías, pinturas o especias. Pero para que esto sea realidad se requieren inversiones y regulaciones mejores y más estrictas, y cambios de comportamiento para que la población opte por alternativas más limpias.
El Banco Mundial se comprometió a contribuir con soluciones para abordar la contaminación por plomo. Estamos invirtiendo en iniciativas y nos encontramos preparados para hacer más.
La contaminación por plomo afecta la salud, el agua y las áreas ambientales, por lo que para abordarla de manera eficaz debemos trabajar en todos estos sectores en asociación con otras entidades para garantizar que nuestras acciones sean complementarias y que generen resultados, especialmente cuando se relacionan con las pruebas, la prevención y la descontaminación.
Nuestro primer objetivo es la realización de pruebas, ya que analizar las concentraciones de plomo puede ayudar en la identificación de los lugares de exposición, y examinar los productos de consumo garantiza la seguridad.
Por ejemplo, en Senegal, donde existe una contaminación por plomo generalizada, el Banco Mundial ha ayudado a fortalecer el sistema de salud del país con equipos especiales para la detección de plomo, lo que incluye las capacidades de diagnóstico del Centro de Control de Envenenamiento.
En segundo lugar, está la descontaminación, que implica focalizarse en las fuentes de contaminación por plomo, entre ellas las tuberías de suministro de agua potable, y actividades como el reciclaje de baterías informal y los sitios industriales o mineros.
A través de nuestro Programa de Desafíos Mundiales sobre el Agua (i), apoyamos el reemplazo y la modernización de las tuberías y la plomería con alternativas sin plomo. Esto puede ayudar a abordar la contaminación por plomo en los sistemas hídricos, mejorar el agua potable y garantizar que los materiales de desecho se gestionen adecuadamente.
En tercer lugar, apoyamos la prevención, que los Gobiernos llevan a cabo a través de la formulación de políticas, la adopción de normas y, lo que es más importante, la sólida aplicación de estas medidas para prevenir y minimizar la exposición al plomo.
Estamos desarrollando un menú de medidas estándar sobre políticas de gestión del plomo que los funcionarios gubernamentales pueden usar para ayudar a elaborar sus propias regulaciones, por ejemplo, políticas que promueven la eliminación y la reducción de los ingredientes de plomo en las pinturas, las especias o los cosméticos, entre otros productos.
De cara a la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático COP29, y posteriormente, no podemos ignorar que estos esfuerzos se interconectan con nuestras otras prioridades de desarrollo.
A medida que avanzamos hacia un futuro con bajas emisiones de carbono, el plomo y otros metales serán necesarios para fabricar turbinas eólicas, paneles solares y baterías de vehículos eléctricos. Al tiempo que aceleramos nuestro compromiso con los objetivos climáticos, también debemos asegurarnos de que esta labor no contribuya a aumentar la contaminación de las comunidades y la mala gestión de los desechos.
Con este fin, estamos utilizando nuestros conocimientos mundiales para proporcionar orientación sobre temas que abarcan desde la gestión de baterías y el reciclaje hasta el manejo de la exposición y la evaluación del riesgo.
Seguimos ampliando y adaptando nuestras directrices sobre salud y seguridad ocupacional, ya sea como parte de las normas para las industrias que utilizan metales en la fabricación o para los trabajadores, a menudo ignorados, de vertederos, centros de clasificación o puntos de reciclaje de residuos menos regulados.
La contaminación por plomo es un reto de desarrollo fundamental, uno que podemos resolver ya que contamos con los medios para hacerlo.
No estaremos satisfechos hasta que veamos que los niveles de exposición al plomo han bajado, y que menos personas se ven afectadas. Esto, a su vez, les permitirá aprender, desarrollarse y prosperar. Al combatir la contaminación por plomo, causamos impacto en el desarrollo.