Por Violeta Contreras García
(dplnews) Naciones Unidas advierte que, si no se promueve una educación STEM con enfoque de género, se excluirá a la mitad del talento mundial y se corre el riesgo de revertir el progreso de las mujeres en el mercado laboral.
Los sistemas educativos actuales deben resolver el tema pendiente de la falta de inclusión y las brechas de género que reproducen, pues aún no están diseñados para brindar a las niñas y mujeres las mismas oportunidades que sus pares hombres para desarrollar las competencias digitales que serán necesarias en los trabajos del futuro y la Cuarta Revolución Industrial.
Si no se actúa, desde el sector público y privado, para cultivar el aprendizaje en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), la desigualdad de género se seguirá perpetuando y, a este ritmo, se necesitarán 99.5 años para lograr cerrarla a nivel general en todo el mundo.
Así lo advierte un nuevo estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y Equals Global Partnership, con base en proyecciones del Fondo Económico Mundial.
En las materias curriculares y el campo laboral STEM, las mujeres están infrarrepresentadas, lo cual “es un tremendo desperdicio de talento y potencial humano (…). En una era que está marcada por los avances tecnológicos, tener el conocimiento para operar, usar y crear tecnología y soluciones basadas en la ciencia será fundamental”, para lograr la paridad y el empoderamiento de las mujeres, destaca el informe.
La inclusión de niñas y mujeres en las áreas STEM debe abordarse de manera urgente, por medio de una reformulación de la educación para propiciar la igualdad de género. De lo contrario, ellas quedarán fuera de la revolución digital e incluso se corre el riesgo de retroceder el reloj y revertir el progreso de las mujeres en la participación laboral, alertan los organismos.
“No podemos permitirnos vivir en un mundo en el que se necesitan desesperadamente soluciones científicas y tecnológicas, y excluir a la mitad del talento mundial”, señala el reporte. Y es que la perspectiva de las mujeres en el desarrollo de la tecnología y de nuevos productos también es imprescindible para resolver problemas de la vida real, crear modelos, identificar tendencias y generar mayor riqueza.
Unicef y UIT resaltan que la tecnología puede ser un vehículo de cambio para las mujeres si se piensa desde una perspectiva de género. No sólo por la visión inclusiva que aportarían al diseño de dispositivos y soluciones, sino porque aumentar la participación de ellas en las carreras STEM podría acabar con la brecha salarial de género y elevar los ingresos acumulados de las mujeres en 299 mil millones de dólares en la próxima década.
Pero lograr la meta de la igualdad requiere adoptar un enfoque educativo cohesivo, retar persistentemente los estereotipos de género; transformar las prácticas de enseñanza; e invertir en la promoción de competencias científicas y tecnológicas con visión de género.
Alcanzar ese cambio educativo ayudará a llegar más rápido y de manera efectiva al cierre de las brechas entre mujeres y hombres, y no tardar casi 100 años o más. Por ello, el documento hace énfasis en que los esfuerzos deben ser conjuntos, entre el sector privado, los gobiernos, organizaciones internacionales, organizaciones civiles, docentes y padres y madres de familia.