Perverso señuelo
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció este domingo que la pensión universal para adultos mayores será general para quienes tengan 65 años y no a los 68, pero esto solo resulta un señuelo para miles de venerables ancianos y ancianas que hasta el momento no reciben ni un centavo.
Así lo dijo el mandatario desde Guelatao, Oaxaca: “La pensión universal para adultos mayores se entregará a partir de los 65 años, como se hace cuando se trata de la población indígena y, además, la actual pensión se incrementará gradualmente hasta llegar el doble, al inicio del 2024.
Añadió que este plan iniciará desde julio del presente año con un incremento del 15 por ciento. En enero de 2022, 2023 y 2024 el aumento será del 20 por ciento anual, más inflación, hasta llegar a seis mil pesos bimestrales.
“La decisión que estoy tomando y dando a conocer desde Guelatao representa incrementar el presupuesto anual para la pensión de adultos mayores de 135 mil millones de pesos a 240 mil en 2022, a 300 mil millones de pesos en 2023 y a 370 mil millones de pesos en 2024. De esta manera se beneficiará a 10 millones 300 mil adultos mayores.
“Estos recursos saldrán del presupuesto público sin aumentar la deuda ni los impuestos y sin gasolinazos. Es, básicamente, lo obtenido por ahorros de la austeridad republicana juarista, pues se seguirá aplicando el criterio de que no debe haber gobierno rico con pueblo pobre y que la corrupción ha de ser desterrada por completo.
“Además, este derecho a la pensión está ya elevado a rango constitucional y, esté quien esté en el gobierno, el presupuesto para los adultos mayores no podrá disminuir de un año a otro”.
Sin embargo, con solo hacer una llamada a los teléfonos de la Secretaría del Bienestar, antes Sedesol, para solicitar la entrega de este derecho constitucional que tanto presume López Obrador, los encargados de atención a este sector argumentan que no hay suficientes servidores de la nación para dar trámite a la pensión.