La actualización y mantenimiento constante de la Unidad de Tomografía por Emisión de Positrones (PETCT) de la UNAM le permite estar a la vanguardia de la medicina nuclear en México, además de ser pionera en el diagnóstico, evaluación y tratamiento integral de una variedad de enfermedades en Latinoamérica, aseguró Miguel Ángel Ávila Rodríguez, responsable de la Unidad Radiofarmacia-Ciclotrón (URC) de la Facultad de Medicina (FM).
Cuenta con cuatro áreas funcionales: ciclotrón, para producir los radionúclidos (átomo radiactivo, y el elemento clave en los estudios de medicina nuclear); emisores de positrones; una radiofarmacia y un equipo micro PET para realizar estudios en animales.
Recordó que hace dos décadas la UNAM adquirió la tecnología necesaria para realizar estudios de tomografía por emisión de positrones, incluyendo el ciclotrón. Desde 2001 se hicieron las pruebas de aceptación y en enero de 2002 se realizó el primer estudio PET en México.
Es el único equipo en su tipo en el país operado por una institución pública y junto con la URC de la UNAM es el de mayor producción de radiofármacos en México, que alcanza más de 15 mil unidosis de radiofármacos al año, en beneficio de igual número de pacientes en el país. A la fecha se han atendido más de 250 mil pacientes, destacó el investigador Universitario.
Explicó que la tomografía por emisión de positrones, también conocida como imágenes o exploración por PET, se apoya en la medicina nuclear mediante el uso de pequeñas cantidades de material radioactivo para diagnosticar, evaluar o tratar una variedad de enfermedades.
En la charla “Antimateria al servicio de la vida, 20 años de funcionamiento del ciclotrón de la UNAM”, el especialista dijo que este proyecto fue impulsado y hecho posible por René Drucker Colín. Agregó que se han realizado varias actualizaciones y mejoras al ciclotrón, para mantenerlo en operación e incrementar la capacidad de producción de los radionúclidos para efectuar estudios de tomografía por emisión de positrones.
“Hablamos de imágenes funcionales, técnica diagnóstica que se desarrolló a mediados de la década de 1970 y dado que se ocupó tecnología sofisticada y costosa comenzó a utilizarse solo como una técnica de investigación, y fue hasta el año 2000 que empezó a dispararse su uso clínico, expuso Ávila Rodríguez.
Al participar en la 6ª Feria del libro de Ciencias de la Salud de la FM, comentó que existen diferentes modalidades de imágenes médicas, las más comunes y con las que estamos muy familiarizados son los Rayos X, tomografía computarizada, ultrasonido, resonancia magnética, e imagen molecular SPECT/CT y PET.
Pormenorizó que en el ciclotrón se produce el radionúclido que después se introduce dentro de una molécula de interés biológico para producir radiofármacos, soluciones inyectables que se producen en ambientes controlados y tienen propiedades de esterilidad, los cuales se aplican en el torrente sanguíneo del paciente. “En la URC de la FM se producen dichos medicamentos que contienen una sustancia radiactiva para tomografía por emisión de positrones”.
Indicó que la entidad universitaria a su cargo produce ocho radiofármacos de manera rutinaria para estudios diagnósticos, no solo en oncología, sino en urología y estudios de cardiología. El más utilizado en tomografía por emisión de positrones es el que se conoce como FDG, análogo de la glucosa marcada con flúor-18. A nivel global, 85 por ciento de los estudios que se realizan por tomografía por emisión de positrones es en el área de oncología y se utiliza principalmente para la estratificación de un tumor y conocer en qué etapa está la enfermedad oncológica en un paciente, de tal manera que puedan hacerle un tratamiento adecuado y seguimiento.
En la actualidad existen 10 ciclotrones en el país, cuatro en la Ciudad de México, el resto en Monterrey, Guadalajara, León, Cancún y Hermosillo, así como más de 60 equipos PETCT que hacen este tipo de estudios de diagnóstico, la mayoría centralizados en la capital del país. El sureste y norte están desprotegidos de estas técnicas de diagnóstico.
En la UNAM el primer ciclotrón del país con más de 20 años de operación para la producción de radionúclidos para uso médico, no ha parado aun con la pandemia, “seguimos produciendo de lunes a sábado porque hay un buen número de instituciones públicas y privadas que dependen de los radiofármacos que se producen en esta casa de estudios”.