*Trabajamos a marchas forzadas
Es necesario impulsar la nueva ley general del agua para establecer medidas de saneamiento, optimizar su uso y tener alternativas a fin de evitar extraerla del subsuelo, además de sancionar su contaminación y el robo.
Estamos trabajando a marchas forzadas para construir la ley general de aguas, presentarla, dictaminarla”, tener a finales de abril el primer borrador y llevarla en septiembre al Pleno.
El nuevo ordenamiento coadyuvará a evitar la contaminación y fortalecer su saneamiento; optimizar su uso y aprovechamiento; aportar alternativas para obtenerla por otros métodos, por ejemplo, desalarla; tomarla de la atmósfera o retenerla en ciertas partes.
Considero que la contaminación es general y cada día se contamina más el líquido subterráneo, de ríos, mares, lagos y pozos. Es un problema que va creciendo.
En un estudio de la organización “Cántaro Azul” se encontró entre los principales contaminantes del agua la bacteria E.coli, manganeso, hierro, arsénico y flúor.
La nueva ley permitirá corregir este problema, mediante el mejoramiento de redes de agua, drenajes, tratamiento, saneamiento, reutilización, reciclaje y optimización por medio de tecnologías para riego o la industria.
Los tres órdenes de gobierno, especialmente el federal, deben invertir en este sector, porque en los últimos años se ha invertido menos en el tema y hay desequilibrios en la distribución, aprovechamiento y derrama económica.
La nueva ley general de aguas permitirá corregir esta situación, pero va a depender de que las autoridades la apliquen de inmediato y, de esa manera, paulatinamente en 10 años estaríamos en condiciones de tener niveles óptimos.