*La reforma de la presidenta tendrá un proceso democrático más amplio
El objetivo del dictamen a la iniciativa presentada por la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, busca eliminar el nepotismo electoral y la reelección consecutiva en los procesos electorales.
En el artículo 55 fracción VIII queda establecido como requisito para las personas que pretendan postularse para el cargo de diputada o diputado, el no tener o haber tenido en los últimos tres años anteriores al día de la elección un vínculo de matrimonio o concubinato o unión de hecho o de parentesco por consanguinidad o civil en línea recta sin limitación de grado y en línea colateral hasta el cuarto grado o de afinidad hasta el segundo grado con la persona que está ejerciendo la titularidad de la diputación.
Mientras que el artículo 59 precisa que no podrán ser reelectas para el periodo inmediato posterior al ejercicio de su mandato las personas senadoras y los diputados al Congreso. El 82 en su fracción VIII determina que igualmente la prohibición de un vínculo de matrimonio o concubinato para el caso de las personas titular del Ejecutivo Federal, así como el 115 que se refiere a la prohibición de nepotismo electoral y la no reelección en el ámbito municipal.
El artículo 116 indica que corresponde establecer las prohibiciones para el ámbito local en las entidades federativas y el 122 menciona de estas prohibiciones para la Ciudad de México.
El dictamen que aprobamos es un resultado virtuoso, porque si una reforma debe contar con unanimidad de todas las fuerzas políticas debe ser fundamentalmente las electorales, ya que ejercen y marcan las reglas y la ruta para todas y todos los mexicanos.
La reforma presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum en materia de no reelección impide que una persona que ejerza el cargo de elección popular de cualquier ámbito territorial pueda postularse para el mismo para el periodo anterior.
Con esta reforma se tendrá un proceso democrático más amplio, pues fomenta la alternancia del poder y el pluralismo político, evita la concentración de poder y el exceso en el ejercicio de los cargos públicos y crea un proceso más participativo, ya que éste se abre a toda la ciudadanía.
La reforma en materia de nepotismo es histórica, pues instaura la prohibición del nepotismo electoral en nuestro marco constitucional. Además, garantiza que ninguna persona podrá participar en un proceso electoral si sostiene una relación familiar con la persona que ejerce el cargo de elección.
Con esto evitamos el abuso de poder al impedir que éste pueda ser heredado o transmitido a una persona con vínculos familiares o personales, así como el tráfico de influencias y el conflicto de intereses. Creamos un marco en el que las postulaciones a cargos públicos se darán con plena igualdad de condiciones, pues evitará el favoritismo familiar o personal; favorece la transparencia y la rendición de cuentas, ya que se posibilita cualquier posible encubrimiento, y crea un marco que favorece la capacidad, los méritos, la honorabilidad y la vocación.