A dos meses de haber sido contratadas por los patrones en turno del Senado de la República, casi una veintena de trabajadoras de limpieza y mantenimiento fueron despedidas y abandonadas a su suerte…
De acuerdo a los informes que llegan a nuestros sabuesos informativos, las afectadas perdieron así la antigüedad que tenían con el anterior patrón denominado Fonatur, empresa para la que laboraron durante cinco, 10 y hasta 15 años, pero que aceptaron perder esa antigüedad porque el Senado, hoy propiedad de José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, les ofreció contratarlas para que tuvieran todas sus prestaciones sociales…
Hasta donde se sabe, Noroña las acusó de no tener permiso para ejercer el comercio dentro del organismo parlamentario, cuando es claro que tenían permiso de alguno de sus jefes y solo se les habría solicitado dejar esa actividad alterna de sus labores cotidianas…
El otro caso es el que rutinariamente protagonizan elementos del resguardo parlamentario que se consideran, más bien algunos se comportan como amos y dueños del organismo legislativo, por el pequeño poder que les permite un funcionario del cual posteriormente daremos cuenta informativa…
Nuestros sabuesos confirmaron que uno de esos elementos, bañado de prepotencia, impide el acceso a los trabajadores sindicalizados que no les registra su huella digital el sistema instalado en los torniquetes y las discusiones que se desatan ha llegado a los golpes…
Es, pues, el escenario de escándalos que se suman a los que registran los propios legisladores en sus discusiones parlamentarias…
Interesante o indiferente, elija usted, grilloso, avispado y mucha pieza lector…