*Nunca me he subido a un lujoso Ferrari y me daría pena hacerlo
Yo no tengo nada contra quienes tienen un carro último modelo, pero a mí me daría pena subirme. Nunca me he subido a un carro así, extravagante. En una de esas me confunden.
Claro, cada quien tiene sus gustos, ¿no?, pero… ‘A ver, cómprate un Ferrari’. No. ¿No les parece de mal gusto? Pero, además, como decía Díaz Mirón: ‘Nadie tiene derecho a lo superfluo mientras existan quienes no tienen para lo básico’. ¿Qué, no es pecado?
Ah, y llegas en el Ferrari a la misa, bajas a escuchar misa y llegaste en… Una vez le dije a una gente que Jesús se vestía con humildad, con sandalias, su túnica y andaba predicando en los pueblos.
Dice: ‘No, no, no—un religioso, ¿eh?—, no, no, no, las túnicas de Jesús estaban bordadas de oro', pero así un… no quiero decir fanático, sino religioso puro, puro, puro.
Ya le dije: primo hermano, no hablemos más del tema, hasta ahí la dejamos. O sea, las distorsiones de cómo justificar la extravagancia, ¿no?
Ya ahora sí me va a acusar Krauze, va a decir: ‘¿Ya ven qué mesiánico?’
18/08/2023