*Yo viví en la casa del estudiante tabasqueño
Los de mi generación de los estados que venimos a estudiar aquí, pues era una fábrica de sueños la Ciudad de México, hospitalaria, fraterna, como siempre.
Teníamos becas. Yo viví en la Casa del Estudiante Tabasqueño, aquí en la colonia Guerrero, en la calle de Violeta. Vivíamos 80, nos daban la casa, el hospedaje, cuartos, las literas en cada cuarto cuatro, un baño colectivo, comida, nos llevaban costales de pan, carne, frijoles, arroz, la cocina.
No se pagaba pasaje, yo tomaba el camión en el Monumento a la Revolución, por todo Insurgentes hasta Ciudad Universitaria.
De cada 10 que presentábamos examen ingresaban nueve, no había rechazo; en los tiempos del neoliberalismo de cada 10 entraba uno.
Entonces ¿qué queremos ahora?
Que de nuevo haya movilidad social, que todo el que quiera estudiar tenga la oportunidad de hacerlo, que no importe la condición económica, social, de los padres, que la educación no sea un privilegio, sino un derecho de todos.
16/06/2021