*No se les olvide que lo cortés no quita lo opositor
Hace seis años nos reuníamos los nuevos legisladores para platicar sobre lo que tendríamos que hacer en nuestra responsabilidad; Luis Felipe Bravo Mena, compañero militante de Acción Nacional, ideólogo contemporáneo, disertaba y nos decía con claridad: no se les olvide en su responsabilidad que lo cortés no quita lo opositor, ni lo amable quita lo autoritario; tendrán que aprender a navegar en la conducta de la relación cotidiana entre parlamentarios.
Y nos decía, Luis Felipe, con pulcritud: cinco grandes páginas se han escrito en la historia de nuestro país, y cada grupo de mexicanos dejó su legado, su historia, sus aportaciones en la formación de un nuevo México.
Y él decía y abordaba con precisión: los mexicanos que escribieron esa primera página de la Conquista lo hicieron con sangre, con batallas, con pundonor, pero tratando de rescatar íntegramente el valor de ser autóctono. Esa página fue escrita con sangre, pero de manera brillante.
Después, la segunda página de nuestra historia, comentaba Luis Felipe, la de la Independencia, donde los mexicanos decidieron darse un país libre, soberano, autónomo; muchos episodios podremos recordar, brillantes debates que han estado inscritos en la historia mexicana, los mexicanos de entonces pusieron su parte.
Y después vino una tercera página, la de la Reforma, donde quienes vivieron aquella época distinguieron de manera perfecta cuál era el alcance del poder civil y cuál debería ser la relación entre los demás mexicanos, ahí está su legado.
Y luego Luis Felipe nos decía: la cuarta página de nuestra historia es la Revolución Mexicana, esa Revolución Mexicana que pretendió acercar las diferencias o disminuirlas entre los que muchos podían y los que tenían escasas oportunidades, esos mexicanos de entonces nos dejaron como herencia el constitucionalismo social mexicano, que a la fecha nosotros aún disfrutamos y que aún disfrutamos y buscamos hacer perfectible.
Y decía Luis Felipe: estamos insertos ahora escribiendo quinta página de nuestra historia, la de la transición a la democracia y es ahí donde están ustedes. Esta transición a la democracia, que después de la Revolución Mexicana, logró que hasta 1989 existiera el primer gobernador de oposición, y hasta 1997 la primera Cámara plural, con una mayoría distinta al partido que había gobernado, es ahí donde estaba nuestra responsabilidad, y ahí precisamente las legisladoras y los legisladores de Acción Nacional llegamos por una clara disyuntiva, hacer lo mismo que se hizo en sexenios anteriores donde no hubo los acercamientos suficientes y necesarios, y tampoco la voluntad para poder avanzar, o actuar con generosidad para darle al país la reformas que se estaban demandado.
Acción Nacional decidió actuar con generosidad, decir claramente que al margen de quien estuviese gobernando, había que otorgar ese entramado legislativo que está demandando y que estaba demandando nuestro país.