*El litio es nuestro, así lo dice el artículo 27 constitucional
El artículo 27 de la Constitución dice que el litio es nuestro, lo dice desde 1917, el litio y todos los minerales: el cobre, el plomo, la plata, el petróleo, el gas, todo es de nosotros desde hace un chorro de años, desde 1917.
No engañemos, no es nacionalizar.
Y dicen: No, la iniciativa no dice “nacionalizar”. No, pero la campaña sí, la campaña sí dice que ahora ya va a ser nuestro, como si antes no fuera nuestro. Y eso es falso, eso es engañar, porque lo que sí se está haciendo ahora es estatizar.
¿Cómo se estatiza? Les voy a explicar algo: Todos los minerales son nuestros, pero dice la Constitución que se puede concesionar. Y aquí lo que se dice es que éste no se va a poder concesionar, que se va a crear un organismo público descentralizado que lo va a explotar. Y eso es estatizar, porque además no se van a otorgar concesiones para adelante.
Y las concesiones para atrás, ya lo dijo el presidente de la República hoy en la mañana en la mañanera “todas se van a revisar”.
¿Y qué pasa en México cuando el presidente dice que se van a revisar? Que algo les van a encontrar para decir que no cumplen; que, porque no hubo el sello, no estuvo la firma, no estuvo la fecha y van para atrás los fielders.
Eso es lo que va a pasar.
Pero entonces ¿de qué estamos hablando?
De lo que sí estamos hablando es, ya lo dijo el senador Armenta, lo dijo con el litio, pero es con todo, este gobierno, que lleva tres años, cuatro meses, 20 días, no ha otorgado ninguna concesión de litio ni de nada, cero concesiones, paralizada la industria minera, cero concesiones.
Y eso no es una buena señal, porque lo que están hablando precisamente es de estigmatizar una actividad económica que se va a la sierra y genera empleos y hace inversiones. Y para acabarla les quitaron el Fondo Minero, que era el que invertía en escuelas, en agua potable, en alumbrado, en esos municipios que tenían muy poco presupuesto.
Bueno, lo que tenemos son 37 proyectos para 10 empresas. Y un dato preocupante es que el presidente, cuando pudo haberlo hecho, no lo hizo, y no reservó en el T-MEC al litio como un producto reservado para la explotación exclusiva del Estado mexicano.
¿Qué quiere decir esto? Que estaremos expuestos a que pudiera haber o no demandas de parte de inversionistas.
Pero lo que sí va a haber son señales, y esto me preocupa mucho, que son baldes de agua fría para los inversionistas.
México lleva en estos tres años el récord de la menor inversión pública y privada en inversión en infraestructura con respecto al PIB. Y es por esto, ahorita están parados miles de millones de dólares de inversión, no porque México no tenga oportunidades, sino porque no tiene certidumbre y confianza.
Hay miles de proyecto que se podría instalar mañana con el conflicto que hay en China y todo el realineamiento geopolítico y económico que está habiendo en el mundo, pero en México no estamos haciendo nuestra parte para generar la confianza. Y esto va a abundar en esa dirección.
Yo estoy a favor de empresas públicas, hay ejemplos de empresas públicas exitosas, desgraciadamente no en nuestro país.
Yo me recuerdo, mucho aquí son muy jóvenes, pero estaba el caso de Uramex. También, cuando empezó la energía nuclear, dijeron: “Vamos a nacionalizar el uranio”. Y se nacionalizó el uranio y se creó Uramex.
¿Y qué creen? ¿Dónde está Uramex? Ni se acuerdan, porque desapareció, porque nunca fue rentable, porque no tenemos buen ejemplo de prácticas de empresas estatales transparentes, eficaces, con rendición de cuentas, porque se usan por los presidentes discrecionalmente y a capricho. Y esto es lo que va a pasar con esta iniciativa.
Creo que lo que tenemos, no estoy a favor, ahorita me preguntaron en la rueda de prensa ¿por qué no iba a votar a favor? Y creo que lo principal es porque no quiero ser comparsa de que el Congreso baile como perrito al son que le toca el presidente.
Fíjense nada más lo desaseado, lo penoso del asunto, en 48 horas, porque el presidente lo manda, a una iniciativa se le dispensan los trámites en la Cámara de Diputados, en la Cámara de Senadores hacemos dos sesiones en un día para aprobar un premio de consolación al presidente porque no pudo aprobar la reforma constitucional.
Y eso, amigas y amigos, si nosotros los Senadores no somos los primeros en defender la estatura, la independencia del Senado de la República, del Congreso, no habrá quién lo haga.
Creo que este es el argumento que más me duele, esta reforma debió haber sido una reforma constitucional y yo la hubiera votado a favor, la hubiera votado a favor, pero las formas, el fondo, el mensaje pedagógico es contrario a lo que creo que debemos estar haciendo en México: dar certidumbre jurídica y dignificar al Senado y al Congreso mexicano.