*López Obrador nos trajo un país de 10
En 22 meses la conducción económica del presidente nos trajo a un país de 10: de 10 millones de pobres adicionales, de 10 por ciento de decrecimiento económico, de 10 años de ahorro en los fondos presupuestales que fueron dilapidados, de destrucción de valor público que, si bien nos va, tardaremos 10 años en recuperar. ¡Qué bueno que por fin llegó la transformación del país!
Este gobierno afirma que la crisis económica se deriva del confinamiento social, cuando en 2019, antes del Covid, por primera vez en 10 años México registró decrecimiento económico.
¿En algún momento reconocerán que la desconfianza en la solidez de nuestra economía y en la vigencia del Estado de Derecho comenzó con la cancelación del aeropuerto pretextando que había corrupción?
El subgobernador Esquivel de Banxico, manifestó que aún hay opciones de política fiscal que son financieramente viables, de rápida implementación y cuyo costo total estimado sería de 1 a 1.5 del Producto Interno Bruto, tal como un seguro de desempleo, ayuda a empresas con pago de nómina, diferimiento de contribuciones sociales, apoyos para el pago de gastos fijos, así como apoyos mínimos a trabajadores informales.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, estimó el 2 por ciento del PIB en 2022, para atender la emergencia sanitaria, más de 511 mil millones de pesos.
La pregunta es si hay o no hay viabilidad financiera para un Ingreso Básico Universal.
¿Puede o no el gobierno de México otorgar mayores apoyos a la población distintos de los programas sociales?
Hay que decirlo de frente, hay ya muchos más pobres, serán más de la mitad de toda nuestra población. Estamos hablando de personas que antes tenían un empleo o una fuente de ingreso con la que ahora ya no cuentan, por eso es que no son beneficiarios de ningún programa social y, contrario a lo que dice el presidente, los programas sociales ni siquiera los tienen considerados, son insuficientes para atenderlos.
Y la Coneval señaló que más del 64 por ciento de los programas sociales prioritarios presentan fallas, no tienen reglas, además de las evidentes fallas en su aplicación y en sus resultados.
La gente de clase media se vuelve pobre y los pobres se vuelven aún más pobres, pero este gobierno no le quita un solo peso a la refinería, ni al tren ni al aeropuerto, ni siquiera al beisbol, y eso es un insulto al pueblo de México.
Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República compuesta por estados libres y soberanos, pero en los hechos, el presidente muestra un claro afán centralista, al querer controlar desde la silla presidencial a las entidades federativas y doblegar a los gobernadores por la vía del financiamiento presupuestal.
Hoy la Federación abandona y desprecia a los gobiernos subnacionales, a los municipios, a las comunidades, así lo evidencia la caída en participaciones, la escasa inversión en los proyectos de infraestructura carretera, de salud, seguridad, educación o en los recortes a las delegaciones federales.
Ante la emergencia sanitaria y la ausencia apoyos reales a la población por la Federación, los estados recurren al endeudamiento, comprometiendo su capacidad futura de proveer servicios públicos. La intención de concentración de poder por parte de López Obrador, puso a los estados entre la espada y la pared, entre atender la emergencia sanitaria o comprometer su capacidad financiera para atender demandas futuras de gasto.
El proyecto de presupuesto 2021 confirma que todos los estados recibirán menos gasto federalizado; la reducción de la recaudación federal participable restringirá el presupuesto de los gobiernos estatales y reforzará el control político de la Federación a través del presupuesto. ¡No podemos llamar a esto República!
Es impostergable la revisión del sistema nacional de las haciendas públicas para dar mayor eficiencia al uso de los recursos públicos.
México no es el país de un solo hombre ni de un solo proyecto de nación. México es la conjunción de su población y de sus instituciones de gobierno, locales y federales.