Michoacán tiembla
La Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP) lamentó las agresiones sufridas al cuartel de la Guardia Nacional, en la comunidad de La Ruana, Michoacán y llamó al gobierno federal a considerar a este tipo de instalaciones como críticas y estratégicas y reforzar sus medidas de seguridad y protección que actualmente son obsoletas y altamente vulnerables.
José Luis Calderón González, vicepresidente de este organismo que agrupa a las 80 empresas más serías e importantes que actúan en territorio nacional, se refirió a los hechos reportados el jueves pasado y dijo que esta zona del país, conocida como Tierra Caliente, lleva muchos años repuntando como un área de alto riesgo y donde antecedentes como bloqueos, secuestros, asesinatos, quema de camiones, ataques a infraestructuras, secuestros, torturas, enfrentamientos con las fuerzas del orden son eventos de cierta manera hasta cotidianos
Es lamentable, dijo, ver que instalaciones de la Guardia Nacional como muchas otras del ámbito de la seguridad pública e interior, sigan recibiendo un trato inadecuado. Es decir que, si la seguridad es una prioridad del Gobierno, un tema de interés nacional, “el trato a estas instalaciones debería ser equivalente al de una infraestructura crítica y prever su permanencia desde un diseño arquitectónico adecuado al nivel de amenazas como las que seguramente detectaron, si es que hicieron previamente, un trabajo de inteligencia”.
Calderón González destacó que en el contexto actual del país las amenazas han evolucionado, no así los diseños y uso de tecnologías adecuadas para la protección de instalaciones donde se alberga personal, información sensible, armamento y, sobre todo, donde se debe resguardar de manera cabal el dominio del Estado y el orgullo nacional.
Por eso hizo un llamado urgente a los responsables de las áreas de protección, ingeniería y construcción de la Sedena, Guardia Nacional y otras dependencias responsables de construir, adecuar o proteger instalaciones de seguridad pública o infraestructuras críticas como el Aeropuerto Internacional de Santa Lucia y la refinería de Dos Bocas, a que actualicen sus conocimientos y conceptos garantizándoles una adecuada seguridad.
Es prioritario, dijo, que este tipo de infraestructuras críticas, al igual que las de la CFE y Pemex, entre otras, estén alertas y refuercen sus medidas de protección.
“Los nuevos desafíos a los que el país se enfrenta nos obligan a replantearnos las estrategias de protección, en el entendido de que los sistemas y las herramientas que hemos venido utilizando hasta el momento son obsoletas y más cuando sabemos que ante una emergencia real la probabilidad de contar con una reacción inmediata por parte del Estado es baja, por lo cual lo único que nos queda es reforzar nuestros sistemas y estrategias de protección institucional.
En este orden de ideas propuso continuar con los principios básicos de la estrategia de protección perimetral como son: disuasión, detección y retraso, poniendo énfasis en una detección temprana de mayor alcance que nos permita identificar los riesgos con mayor anticipación.
También contar con barreras físicas de protección perimetral altamente disuasivas que tengan efectos sobre la psique de los atacantes, niveles de resistencia superiores, no sólo para tolerar factores degenerativos derivados de la exposición al sol, la lluvia, la humedad o la corrosión, sino también resistentes a los ataques con herramientas o impactos de vehículos.