Desde hace algunos meses nuestros sabuesos informativos dieron cuenta de las sospechas que se venían sembrando en el Poder Ejecutivo, en el sentido de que el presidente Andrés Manuel López Obrador planeaba la forma de lograr apoyos absolutos de los sindicatos más grandes y poderosos del país para consolidar la historia de su 4-T…
Y de acuerdo con las primeras señalas que captaron, el inquilino de Palacio Nacional no tenía claro si iría primero por los sindicatos de la burocracia nacional agrupados en la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, FSTSE, propiedad del priísta Joel Ayala Almeida desde hace casi dos décadas…
Pero luego alguien le aconsejó que los sindicatos que agrupa a los trabajadores del sector privado, como la veterana Confederación de Trabajadores de México, CTM, y Confederación Nacional Campesina, CNC, ambas de afiliación priísta y quien sabe si todavía con el poderío de otros tiempos, serían los más idóneos para avanzar con mayor rapidez en la consolidación de su proyecto…
Bueno, pues ahora aparece una señal que podría estar confirmando la especie, pues el periódico Reforma publicó el lunes pasado en sus ocho columnas que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana toma control del ISSSTE y que pone lupa a contratos muchos de ellos controlados por los dirigentes sindicales…
De esto hay mucho que contar, porque podría ser el primer indicio de que ha llegado la hora de que ese sector sindical del país debe poner sus barbas a remojar…
¿Será?
Pronto se sabrá…