*Atenco y Amlo

Desde 2006 López Obrador politizó la construcción del nuevo aeropuerto. Sabedor, como jefe de gobierno del DF, que Fox construiría en Atenco el aeropuerto internacional, envió a Carlos Imaz, esposo de Claudia Sheinbaum y jefe del PRD capitalino, y a Imanol Ordorika, exlíder de CEU, a alebrestar a los ejidatarios y se armó el zipizape en que metió mano el EZLN.

Aunque vimos en TV cómo vejaban a los policías, hicieron predominar la versión de que violaron a 26 mujeres, hirieron a personas y causaron más estropicios.

El asunto escaló, Amlo hizo desfilar a los de Atenco con machetes izados por avenidas del DF; se salió con la suya, paró la construcción y tuvo que hacerse en otro lado la segunda sección del aeropuerto, que ya es insuficiente.

Para reforzar su oposición al NAIM, mandó a Jiménez Spriú y a Alejandro Encinas a alebrestar de nuevo a los atenquenses, aunque se construye en terrenos federales y ellos no tienen derecho alguno.

Mucho se ha especulado sobre qué pretenden Amlo y su gente, sin ponderar que es asunto de suma importancia para México: si frenan la construcción de NAIM en Texcoco las inversiones extranjeras se van del país y la economía a pique.

Peritajes de expertos reputados de todo el mundo señalan que Texcoco es el sitio indicado y con menos inconvenientes de todo tipo, será sin costo para el gobierno, si se da en concesión, y sobran empresarios que quieran entrarle pues los dividendos serán enormes para ellos y sin par las ventajas para México. 

Para justificar la encuesta (en que, se supone, participaremos los mexicanos, aun quienes nunca han usado un avión, y es un asunto meramente técnico, que afecta a los capitalinos, no a todo el país) se encargó realizarla el 28 de octubre a la organización Rosemburg, desconocida entre nos.

Se ve que Amlo sigue hecho bolas con sus promesas de campaña y nuevos planes que lanza sin ton ni son, sin indicar cómo y menos con qué realizarlos. No es lo mismo andar en campaña que gobernar.

A Andrés le pasó lo que a Fox, creyó que dispondría de mucho dinero para cumplir promesas, y a la hora buena se enteró que sólo 14% del presupuesto no estaba etiquetado. Carlos Urzúa, su futuro secretario de Hacienda, vio en esta dependencia que no existía la masa de dinero de que esperaba para sus planes y que los 500 mil millones que esperaba ahorrar con el combate a la corrupción, tampoco se ven.

Los ahorros de la austeridad republicana, aprobada ya por Morena en el Congreso, lejos de dar mucho, ya provocan que la alta burocracia prefiera que la indemnicen y dejará al gobierno sin expertos y especialistas, serán sustituidos por recomendados y cuates, y entorpecerán la buena marcha del país.

A mayor abundamiento, la fastuosa boda de César Yáñez, uno de los más antiguos y cercanos auxiliares del Presidente Electo, el 29 de septiembre en Puebla, fue una bofetada a la austeridad republicana que pregonan, y reveló que dejan la austeridad para otros, no para la nueva élite gobernante. 

El costo del banquete se calcula en 20 millones; sólo de pago a Los Tigres del Norte y Matute, que amenizaron, fue de 5 millones, el adorno de rosas con 5 mil rosas, el costo de su difusión en noticieros y revistas del corazón dejó incluso lejos a los dispendios de la familia de Peña Nieto con sus 7 hijos, que han sido tan criticados.

No queda sino repetir: ”¡Primero los Pobres!”

Ministros y magistrados del Poder Judicial anunciaron que interpondrán amparos contra dicha ley, que viola la soberanía de ese poder y no están dispuestos a perder sus ingresos. Precisaron que ofrecieron ahorrar 5,000 millones de gastos secundarios.

Gómez Morín puso a temblar a Anaya

Pese a los obstáculos que pusieron los súbditos de Ricardo Anaya y el inconmensurable apoyo a Marco Cortés de toda la estructura nacional del PAN, Manuel Gómez Morín, nieto del fundador, con 60 mil firmas de panistas (20 mil más de las requeridas) puso a temblar al clan del excandidato presidencial que hundió al partido en su peor derrota, y lo menos que debió hacer fue retirarse, en vez de empecinarse en seguir controlándolo con su clan como si fuese su feudo.

José Luis Espinosa Piña y Ernesto Ruffo, precandidatos que no lograron las firmas requeridas, decidieron apoyar a Gómez Morín y hacer campaña por él en todo el país.

Cada día que pasa la Comisión Nacional de Elecciones del PAN, presidida por Cecilia Romero, exhibe su parcialidad: rechazó se utilizaran firmas con el índice de los panistas, cuya validación por el INE costó al partido 14 millones de pesos; pero así no sabrían si cumplían los obligados por los dirigentes partidistas a firmar por Cortés Mendoza.

Como éste, Gómez Morín y sus hoy socios encontraron sin fin de obstáculos en comités estatales y municipales de toda la República. Pero están dispuestos a luchar hasta e fin para volver al PAN a su tradición humanista, democrática y de valores, para bien de México.

Como dijo Julio César, al atravesar el Rubicón:  ”Allea jacta est”: “La suerte está echada”.

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@chavafloresll

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