*Margarita, candidata sin doblez
Margarita Zavala renunció de candidata presidencial independiente por honestidad, congruencia y respeto a sus partidarios, sin la desmedida ambición de que hace gala quien va por tercera vez tras el poder y que, cuando lo derrotan clama que le cometieron fraude.
Fue felicitada por la gente y altos personajes políticos, y sentó ejemplo de alteza de miras y responsabilidad ante México.
Algunos de aquéllos lo hicieron para tratar de echar agua a su molino, a ver si captan a parte de sus seguidores.
A éstos los dejó en libertad para que apoyen a cualquier presidenciable; mas advirtió que según los principios de libertad y democracia que defienden con ella, sería incongruente respaldaran a quien va precisamente contra ellos y sólo busca imponer su voluntad y apetito de poder.
De hecho, un primer sondeo después de su renuncia reveló que la mayoría de sus simpatizantes seguirá a Anaya, en segundo al Bronco, en tercero a Meade y sólo unos cuantos al Peje.
La noticia de su renuncia cayó como rayo, conmocionó el medio político, todos los suspirantes se comunicaron con ella para mostrarle su adhesión, menos Andrés Manuel, cuya vocera Tatiana Clouthier se concretó a decir que esperan que buen número de sus partidarios respalde al suyo.
Como las boletas electorales ya están impresas, no podrá borrarse su nombre, y el INE advirtió que si recibiera algunos votos, serán anulados conforme a la ley.
Ante insistentes preguntas sobre qué hará en el tiempo restante de la campaña, que le hicieron desde en el propio programa “Tercer Grado” de Televisa, donde anunció su dimisión, en los noticieros y medios informativos, expresó que hay muchos candidatos a puestos de elección: senadores, diputados, gobernadores, alcaldes que merecen ser impulsados.
Enfatizó que después de la elección seguirán pugnando por los valores familiares, la democracia, la libertad, por imbuir a la política los principios de respeto a la persona humana y de lucha por el bien común, por los que ha pugnado durante toda su trayectoria en el PAN.
No cayó en el recurrente garlito que le plantearon de fundar otro partido político; por lo que es de esperar que vuelva a Acción Nacional a buscar su reestructuración, tras involucrarse en el Frente, lo que hará falta, aunque triunfe Anaya.
Llegó a decirse que el desempeño de su esposo el expresidente Felipe Calderón era un fardo para el avance de su candidatura; quizá no.
Pero es de esperar que Felipe haya aprendido de ella el desprendimiento por las causas mayores y trabaje con ella en reestructurar al partido ya sin ánimo de convertirse en el factótum, como un soldado más con mayor experiencia y responsabilidad.
Podrá llegar a decirse que renunció porque ya no tenía fondos para pagar a sus trabajadores de base, a quienes debía sueldos desde la primera quincena de febrero, pues no aceptó el subsidio oficial y D. Alberto Bailleres le restringió el apoyo económico.
Semanas atrás se publicó que Bailleres y otros grandes empresarios le pidieron desistiera de su candidatura y apoyara a Anaya, y que también solicitaron a Peña Nieto indujera a lo mismo a Meade, cuya campaña no levanta, para impedir que triunfe López Obrador, porque sería un desastre para México.
El Peje atacó, furibundo, a una minoría rapaz de empresarios, “que no quieren dejar de robar”, porque, según él armaron un complot para presentarle un frente, como si no tuvieran derecho a defender sus convicciones y todos estuviéramos obligados a votar por él.
Cierta o no la limitación del respaldo financiero para Margarita, afloró de nuevo la intransigencia y el autoritarismo del eterno aspirante presidencial, que fustiga a todos cuantos se oponen a que llegue al poder a instaurar la dictadura que le dictan su gen antidemocrático y desmedida ambición.
Hasta en eso, Margarita Zavala Gómez del Campo se reveló como una candidata sin doblez.
@chavafloresll