*Preludio electoral
La segunda victoria de la selección nacional en el mundial de futbol sobre Corea del Sur ratificó que México está hecho para lo grande; sólo necesita un buen guía, al que elegiremos el domingo próximo, y ojalá votemos la gran mayoría de los empadronados.
El pase a los cuartos de final el miércoles, aumentará el optimismo en nuestro pueblo, de mayoría futbolero, e iremos a sufragar con una sonrisa para afianzar nuestra esperanza en que el país iniciará una nueva vida y resolverá sin sobresaltos los problemas, al menos los torales: corrupción, impunidad, auge de homicidios, inseguridad, narcopolítica.
Los prospectos para presidentes están más que vistos: la denuncia que el INE presentó en la Fepade contra El Bronco lo confirma como delincuente electoral; del priista Meade López Obrador dice que lo quieren meter con mucha propaganda, cual si fuera producto chatarra.
Peña y el PRI no cesan de mostrar a su gallito como priista, y le endilgaron una corrupción a la que parecer ser ajeno. Ya metidos en gastos intentaron también achacarle su corrupción a Anaya con los órganos del Estado, como la PGR, y ni así J. Antonio pudo alcanzarlo en el segundo sitio de preferencias electorales.
La maniobra busca que el voto útil se incline hacia Meade, con la esperanza de vencer al “puntero”; no aceptan que la corrupción y el desprestigio de Peña lo perjudican sobremanera, y en el pecado lleva la penitencia.
El domingo podrá desnudarse la estratagema de López para desacreditar a Peña, y a partir de ahí imbuyó el hartazgo por la ineficacia y corrupción del gobierno y reconstruyó su imagen, vapuleada en los dos comicios pasados, mediante una campaña permanente fuera de la ley y financiamiento sospechoso.
Empero dos cosas afectaron fuertemente al Peje: la revelación del pacto con Peña en que le perdonó su gran corrupción y torpezas, a cambio de que éste le abra camino a la Presidencia, y que se descubriera que debe su gran ascendiente popular a los robots de las redes sociales, que lo lanzaron a la cumbre de las encuestas sobre cualquiera de sus opositores.
Sin olvidar la injerencia de Putin en la elección de Trump, mediante las redes, pues quiere convertirse en el amo de la política internacional, va que vuela para nuevo dictador de las Rusias y codicia (¿por qué no?) el petróleo mexicano.
Se advierte que los robots del Peje (uno de los cuales está en San Petersburgo) fueron uno de los puntos mejor cuidados por sus estrategas, y no sólo le forjaron una imagen de “impoluto”, sino de inteligente, cuando todos vemos que está peleado con las ideas y el hablar fluido y que sus propuestas son elementales e irrealizables.
Le imbuyeron prometer a cada auditorio lo que quería oir, y hacer de lado su talante autoritario y dictatorial, pero a veces lo traiciona el subconsciente, ataca a sectores importantes y luego les mendiga reconciliación.
Quedó claro al salir de la junta con los miembros del Consejo Mexicano de Negocios: se le veía turbado y que hacía gran esfuerzo para dar a entender que había fumado la pipa de la paz y todo era “amor y paz”.
Por otro lado, su pegue con la gente fue desmentido en el puerto de Veracruz, donde apenas pudo llenar la tercera parte del estadio “Luis Pirata Fuente” el sábado, aunque instaló grandes pantallas para que la gente viera el partido México-Corea del Sur.
Se sacó un poco la espina en el cierre en la macroplaza de Monterrey, donde le funcionó el acarreo; mientras a Meade mejor se lo llevaron a la “Arena Monterrey”, con cupo de 17,000 gentes, para no hacer el ridículo.
Donde echará la casa por la ventana será en su cierre del Estadio Azteca en una hora en que no jugará la selección; el acarreo estará al tope y la pachanga se prolongará hasta entrada la noche.
En la macroplaza el Peje dio el espaldarazo a la esposa del corrupto dueño del PT Alberto Anaya, Guadalupe Rodríguez, acusada de desviar millones de pesos de los Cendis (Centros de Desarrollo Infantil). Una prueba más de su “honestidad valiente”.
El Bronco mejor planeó el cierre (e invitó a impulsar su cibercampaña) para la tarde del domingo en la macroplaza, cuando mucha gente deambula espontáneamente y él lo sabe bien, pues aún es gobernador con licencia de Nuevo León; pero tiene la amenaza de un juicio político del Congreso del Estado por los delitos que el INE lo imputó ante la Fepade, que puede costarle la gubernatura.
Total: las redes sociales tuvieron gran protagonismo en las campañas, y en los últimos días la gran prensa internacional aludió a Amlo. Por ejemplo, The Economist, de Londres, apuntó que se le presenta una gran oportunidad y si la desperdicia porque está peleado con la economía y sus propuestas son endebles, México será el gran perdedor.
El INE debería tomar un acuerdo para sancionar enérgicamente al candidato, partido o coalición que el domingo próximo dé el madruguete y anuncie su triunfo, porque armaría un margallate de consecuencias fatales.
Anunciar triunfos antes del cierre de las casillas serviría para inducir a quienes aún no voten. Darse por triunfador, podría ser el preámbulo para alegar después fraude, en lo que Amlo es maestro; ya Yeidckol Polensky, presidenta de Morena, amenazó con que si hay asomo de fraude, “se soltará el diablo”, parodiando lo que su jefe dijo a los banqueros en Acapulco: “a ver quién para al tigre”.
Lo mejor será votar libremente, ya sin el atosigamiento de la campaña ni hacer caso de engaños, amenazas y encuestas, pues está demostrado que éstas no son confiables, sirven para confundir al elector, echan agua al molino de quien las manda hacer y figura en ellas como ganador.
@chavafloresll