*Ernestina Godoy se va, se va…
A las fiscalías antes se les decía procuradurías, pero como es característico en cada nuevo gobierno, les da por cambiar los nombres y las procuradurías no podían ser la excepción y las renombraron como fiscalías, que siempre han sido un perfecto sinónimo de corrupción.
Pero me llama la atención que justo en este sexenio ambas fiscalías, la federal y la de la Ciudad de México (CDMX), se han convertido en el centro de atención, no precisamente por su buen desempeño, sino porque sus titulares han estado envueltos en una serie de escándalos que se contraponen con el ejemplo que supuestamente quiere que veamos el gobernante de la 4T, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien primero quería que se reeligiera el ministro Zaldívar como presidente de la Corte, y ahora hasta ha apoyado a Ernestina Godoy, titular de la fiscalía capitalina. Sé perfectamente que la fiscalía es independiente del Ejecutivo debido a una reforma a la Constitución capitalina para que la todavía fiscal pudiera ser electa en 2018, en lo que se conoce como Ley Godoy. Muchos aseguran que quien está detrás de dicha reelección es la precandidata a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum, para que tape todo el cochinero que dejó y poderse ir muy tranquila a competir por la grande.
Con Alejandro Gertz Manero, titular de la fiscalía federal, no lo intentó el presidente seguramente por la muy precaria salud del primero y por la edad, aunque no dudo ni tantito que le haya pasado por la cabeza semejante idea porque hay que ponerle candado a ambas dependencias para que los trapitos sucios no salgan al sol en caso de que el partido en el poder pierda la elección presidencial y la del gobierno de la CDMX.
No en vano el gobierno federal sigue considerando cierta información como reservada y muy confidencial, lo cual afecta la transparencia que cada día se torna más opaca por el accionar poco claro del Presidente de México y de algunos de sus servidores públicos de primer nivel.
Ambas fiscalías actúan a modo y casi siempre contra los adversarios de López Obrador y de Claudia Sheinbaum o contra todos aquellos que, sin ser adversarios, podrían convertirse en la piedrita que optaría por alojarse en el zapato de ambos políticos; si no fuera así, ¿qué necesidad de la reelección cuando AMLO en varias ocasiones ha mencionado aquello de “sufragio efectivo, no reelección”? Sé que tal cantaleta obedece más a darles chipilín a los despistados que a hacerla efectiva, juega con el subconsciente de los incautos, que cada vez son menos, y con la paciencia de los cautos, que cada vez son más.
Los opositores, adversarios, conservadores o como quiera usted llamarle, apreciable lector, sacaron a relucir que Ernestina Godoy se valió del plagio para hacer su tesis y obtener el título de Licenciada en Derecho.
No es necesario ser adivino para suponer que ella tiene otros datos, que respeta la opinión de sus detractores, pero no la comparte, que lo que quieren es afectar al pueblo bueno y sabio, o en el peor de los casos, que no siga al frente de la dependencia (que mal dirige) para demostrar, con creces, lo que no se debe hacer si de actuar contra la delincuencia y corrupción se trata.
Por ello, no hay que olvidar cuando la fiscalía local exigió a Telcel entregar datos de los números telefónicos de varios políticos de la oposición y de Morena. Ni tampoco pasar por alto la sistemática embestida con la que arremetió contra las cabezas del Cártel Inmobiliario en la alcaldía Benito Juárez, bastión panista que los morenistas quieren gobernar.
¿Y qué decir del Caso Gertz Manero y Alejandra Cuevas y su madre, Laura Morán Servín, denunciadas en 2015 por el actual fiscal federal por el supuesto homicidio de su hermano Federico Gertz Manero?
Este lunes 8 de enero de 2024 se decidirá la suerte de Ernestina Godoy para saber si se reelige o no, todo está en manos del Congreso de la CDMX, específicamente de los diputados de la oposición que no dudo ni tantito que algunos se vendan para hacer de Godoy una triunfadora, a tal grado que, de nueve asuntos a tratar este día, el de la fiscal será el primero, y no precisamente porque sean primero las damas, sino porque es el que está en el ojo del huracán.
La sesión de este lunes es la continuación de la realizada el 13 de diciembre del año pasado, en la que los diputados morenistas, así como sus aliados, la “reventaron” (la sesión, claro) para evitar que se realizara la votación porque no contaban con los 44 votos necesarios para hacer efectivo el dictamen de la Comisión de Justicia que dio “el sí” a la ratificación de Ernestina.
La administración o reinado de Tina termina el martes 9 de enero, por eso la urgencia de una nueva sesión en la que, para los morenistas y aliados, los tiempos son perfectos, aunque la susodicha sea más que imperfecta. Quieren 4 años más para ella, “la mejor fiscal del país” según Claudia.
Lo que es querer aferrarse a un puesto y lo incómodo que debe ser que cada vez surgen más personas que no la quieren, pero eso para ella no tiene la menor importancia. Hay que jugarse el todo por el todo, aunque ese todo repercuta directamente en los destinos de la CDMX y sus habitantes.
Hasta la próxima.