*Nación en punto de encuentro
La política nacional se encuentra en su estado “clímax”, donde los extremos coexisten sin confrontación directa.
El presidencialismo autoritario llegó a su punto axial dentro de la ruptura previa a la unión. Pese a la tensión social se mantiene la paz social y se vislumbran caminos de alternancia.
La marcha de los padres de los estudiantes de Ayotzinapa se enmarca en el 6º aniversario de su desaparición. Se encuentra con opositores de “Frena” que demandan la renuncia del presidente con un plantón instalado en el zócalo cuya inconformidad se formula a partir de sospechar acontecimientos por ocurrir. La coincidencia de actos no ocasionó disturbios.
Las aberrantes 43 desapariciones “se encubrieron oficialmente, con mentiras y falsas declaraciones que trataron de ocultar con impunidad y escándalos mediáticos”, señaló el Fiscal General de la República.
El presidente López Obrador fue categórico al ofrecer una dolorosa “disculpa” por parte del Estado que estimó como una “gran injusticia que lo obliga a la reparación, así como aclarar los sucesos.
Los fingidos opositores bajo la batuta de Gilberto Lozano añoran el financiamiento otorgado por el Grupo Monterrey en los tiempos postrevolucionarios donde las huestes de los Camisas doradas asolaban a manifestantes, o los golpeadores de la porra del Muro, filtraron a los “halcones” en los crímenes del 19 de junio en San Cosme.
Ni el “maximato” ni el “diazordacismo” pasaron a la historia. Porque hoy los conflictos no se dirimen con violencia, el Estado ya no es su progenitor.
RECONFIGURAR OPOSICIÓN PARLAMENTARIA
Desde su campaña electoral en 2018 AMLO estableció el compromiso de cambiar el régimen sobre la base de combatir la corrupción, una tarea difícil en un Estado bajo el flagelo de la guerra de drogas y la siembra de la desigualdad acumulativa del neoliberalismo; en el peor momento que vive el mundo bajo pandemia; más la amenaza de una guerra mundial; con la catástrofe del medio ambiente por el cambio climático y la expansión del autoritarismo.
A un poco más de medio año, 2021, por celebrarse las elecciones más vastas y complejas en las que se renovará el Congreso de diputados, la pregunta en el aire lleva a cuestionar la gobernabilidad para mantener la contienda en cauces institucionales.
Se requiere para ello que los Partidos Políticos fortalezcan la acción y encarnen los conflictos con los que opera la oposición extraparlamentaria, la que lleva consigo la desestabilización y la penetración de autoritarismos de aniquilación, como la reactivación de los fascismos nacionalistas europeístas.
Aunque esta oposición extraparlamentaria carece de sostén ideológico; mientras en las latitudes del viejo continente y las vastas regiones euroasiáticas, predomina el odio racial étnico migrante; en la América indo mestiza, la integración racial mantiene la capilaridad de la identidad humana para no distinguir a los desplazados forzados del resto de la población.
¿ADELANTAR AÑO ELECTORAL?
El triunfo del 2018 de Morena fue contundente, pulverizó a sus adversarios al dejar un espacio vacío ocupado ahora por FRENA, la que sin representación demanda exigencias fuera de sus facultades. ¿Acaso una oportunidad para favorecer a la oposición en el Congreso sería admitir la consulta plebiscitaria que han presentado a la Corte? Siempre, una vez definida la correspondiente al Juicio a los presidentes que presentó Morena.
Falta un poco más de medio años para la elección de una nueva Legislatura de diputados, en esa circunstancia hay que advertir las dificultades futuras, como consecuencia de la pandemia y los efectos de crisis humanitarias, económicas y sociales, que se amortiguan por su magnitud universal, pero que la gente ha de resolver desde su precariedad.
Las políticas sociales elevadas a rango constitucional, han sido preventivas a la regresión del consumo frenado por el impacto de la parálisis de la economía; sirven de blindaje a la ruptura social, aunque también son un atenuante a la perversión del fraude electoral.
Estos elementos actuarán como amortiguadores del desequilibrio de las crisis para llevar a buen fin el cambio de Legislatura del Congreso. De las que se espera sean pacíficas y fructíferas.