Y nos dejaron sin agua
Por Ángel Pujalte Piñeiro
La “K” invertida no es una sola falla, sino un cúmulo de errores. Expone la falta de inteligencia, de nivel profesional y de principios que existe en la CONAGUA. Coronando y enterrando a la corrupción que pueda existir solo hay pura estupidez.
Lo primero que no puedo entender es para que sirve la famosa “K”, que no es otra cosa más que un cuello de botella. ¿Qué hace un cuello de botella entre dos tuberías? Los flujos de dos tuberías de tres metros de diámetro chocan en una reducción a un solo tubo de tres metros, para después regresar a dos tubos de tres metros. La “K” que podía ser invertida o no o una “X”, en cualquier caso, es una reducción o complicación en el flujo, que es un medio tapón que crea turbulencia e incrementa las pérdidas de energía, a la que no le encuentro el sentido.
Es como si dos vialidades paralelas, de cuatro carriles cada una, de repente se las hace pasar por una reducción a solo cuatro carriles, para después regresar a los ocho carriles en dos vialidades. La reducción va a crear un enorme embotellamiento en las dos vialidades, sin que esté clara la razón para complicar el flujo del agua e incrementar el costo del bombeo. Ni de que sea una “K” invertida o no o una “X”.
Parece es que se les dio a rústicos la capacidad para disponer de 500 millones de pesos y hacer tonterías que perjudican a millones de personas. Desconozco el proyecto y la razón de lo poco que se ha publicado. Pero creo que es suficiente para darse cuenta que no tienen idea de lo que hacen. No veo ingeniería por ningún lado.
En un proyecto de ese tipo bien hecho, intervienen varias áreas de ingeniería, por lo menos: hidráulica, estructuras y geotecnia. Y no se ven evidencias de ninguna de ellas en ninguna parte de lo publicado.
La ingeniería hidráulica indica facilitar el flujo del agua dentro de la tubería y sabe que cualquier vuelta, válvula, cambio de diámetro, rugosidad e imperfección dentro del tubo representa pérdidas de energía que hace necesario incrementar la potencia de bombeo para hacer que fluya el agua dentro de la tubería.
Los errores y deficiencias en el diseño incluso pueden crear problemas de cavitación, los que pueden terminar destruyendo la tubería. La hidráulica no es para improvisados.
Pero además un proyecto de tal dimensión también requiere ingeniería de estructuras. La tubería se debe calcular de acuerdo al área del cálculo estructural que se conoce como de estructuras especiales.
La tubería necesita una resistencia cuando el fluido fluye a presión, pero en forma uniforme y otra cuando la tubería cambia de dirección, hay una válvula o cambia el diámetro de la tubería. Dudo que se haya calculado la resistencia de la “K”, de la tubería antes de la “K” ni de las uniones de los tubos. Mucha de la presión de bombeo, de las dos tuberías se va a concentrar en el cuello de botella, imponiéndole en forma incomprensible enormes esfuerzos a la “K”, a las uniones de las tuberías en el arribo a la “K” y a los tramos de tuberías al arribar a la “K”.
Después de la “K” se va a caer la presión en el flujo. Y si la capacidad de las bombas era la suficiente para dar la presión necesaria para empujar el agua por todo lo largo y cambios de nivel de la tubería, para subirla a la Cuenca, la “K” va a hacer necesaria incrementar la capacidad de bombeo y resistencia de la tubería, accesorios e instalaciones. Léase costos.
A lo anterior debe agregarse la ingeniería de geotecnia o mecánica de suelos. Ya que la tubería debe fijarse al suelo, debe diseñarse la cimentación de la tubería que no solo la cargue, sino que resista las fuerzas que le transmite la inercia de lo que fluye dentro de la tubería.
En todo cambio de dirección la inercia del fluido golpea la pared externa la empuja hacia afuera. El caso más típico es el llamado “golpe de ariete” que da un fluido cuando en una presa se cierra demasiado rápido una válvula. Lo que puede romper la tubería y llevarse la válvula de frente.
Lo que hace necesario calcular cimentaciones que no solo resistan fuerzas verticales sino horizontales y momentos, en los cambios de dirección, en las válvulas y en los cambios de diámetro de la tubería. Nada de lo cual creo que se hizo.
Es más, lo que dejan ver lleva a pensar que ni siquiera deben de saber todo lo que implican los proyectos que creen que manejan y que son su responsabilidad.
Y no duden que estén titulados y tengan muchos años trabajando en la CONAGUA. Pero son burócratas que se atrofiaron poniendo sellos y tramitando papeles, que avanzaron en el escalafón no por capacidad y conocimiento, por crecimiento profesional, sino por dóciles y mansos, por ser serviciales y ganarse la confianza de los jefes.
Son evidencia de la razón por la que brego por “la resurrección de la Ingeniería Civil” y los que no me entienden vean a que me refiero. No tenemos Ingenieros auténticos, con la estatura y capacidad de los que pusieron el nombre de la Ingeniería Civil Mexicana en el plano mundial en la primera mitad del siglo pasado. De los que cimentaron el progreso y bienestar social que disfrutó el país hasta mediados de los 70’s del siglo pasado.
Para poder sacar al país del bache y hacerlo avanzar en una dinámica distributiva de riqueza y oportunidades y abrir la movilidad social es necesaria la participación de las prácticas profesionales. En especial de la Ingeniería Civil.
El la CONAGUA ni siquiera existe la ética, el valor civil ni el sentido de la responsabilidad. Ya todas las “cabezas” se lavaron las manos. Alegan que “Eso lo hicieron solitos lo de la gerencia regional” y no le pidieron permiso a nadie. Es increíble que un trabajo de esa importancia y de más de 500 millones de pesos, no lo haya revisado nadie. Pero la responsabilidad no se delega, sino que se comparte.
Tan culpable es el de arriba como el de abajo, al que van a linchar en la plaza pública para calmar a la chusma. No es posible que un proyecto de tal dimensión, de tan alto costo, que afecta a tanta gente y que según ellos mismos tiene más de quien sabe cuántos años que lo están pensando, no lo hayan revisado veinte veces varios ingenieros “de a deveras”, con capacidad, conocimiento y experiencia.
Que la CONAGUA no tenga un departamento con el personal de la estatura suficiente especializado en revisar la ingeniería de todo lo que se va a hacer y de mejorar todo lo hecho. No de políticos, burócratas ni cuates, sino de auténticos Ingenieros.
El ridículo es mayor y la falta de vergüenza peor. Pero un hecho más demuestra mi punto, lo que quiere decir el postulado: “Por la resurrección de la Ingeniería Civil”
A ver si ahora si puedo seguir trabajando en el libro “Ley de Obras Públicas, fundamentos y complementos”. El análisis de una ley que funciona como herramienta predilecta de corrupción, por su impunidad y la cuantía de los recursos que permite desviar.
https://angelpujaltepineiro.com/, Autor de: La infracultura en la construcción, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas, ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional! y en proceso de publicación: Ley de Obras Públicas, fundamentos y complementos, El descalabro de la razón y Geopolítica, la hermana perversa de la Ingeniería Civil.