*Comportamiento del líder político
El comportamiento del líder político para transformar a otras personas o adaptarlas al cambio está relacionado con poseer una comunicación eficaz, a través del cual influye o modifica la conducta de otras personas a fin de alcanzar objetivos. Por ello, convoca a que “todos actuemos como guardianes”, a moralizar la vida pública.
El líder es fuente potencial de cambios importantes, y las posibilidades de ejercer un liderazgo dependen de los tiempos políticos, de su relación con el anterior líder político y la vulnerabilidad o resistencia del régimen político.
Si existe un régimen vulnerable y un líder fuerte, se facilita el cambio o se dificulta, si existe resistencia del viejo régimen que es fuerte ante un líder débil, se imponen “los contratos leoninos” y la “complicidad de los servidores públicos” para seguir vendiendo al país.
Entonces, se busca la prevención y ofrecer escenarios desfavorables del viejo régimen en el futuro inmediato; por ello, no basta la capacidad de persuadir a una clase política sobre el cambio de rumbo, sino la capacidad para reconocer y aprovechar las oportunidades de cambios existentes en un momento histórico determinado, y esto requiere tener un pensamiento estratégico.
De aquí, que la estructura institucional y el contexto histórico son importantes como marco general de acción del líder político, pues facilitan o dificultan su liderazgo.
También, el estilo personal de gobernar del líder político puede tener resultados distintos pese a situarse en estructuras institucionales y coyunturas históricas parecidas, si existe “voluntad política, marco legal y apoyo de la gente”, en realizar el cambio.
Estamos en crisis económica y crisis de seguridad que abren oportunidades para liderar hacia un cambio, pero con decisiones equilibradas aceptadas para salir de la crisis, acompañado de un estilo abierto democrático permite aprovechar momentos para realizar cambios institucionales y no caer en un estilo cerrado en donde se puedan tomar decisiones equivocadas que agraven la crisis; por ejemplo, Vicente Fox Quesada tuvo un estilo desequilibrado demasiado abierto y despreocupado de la Administración Pública que aumento la corrupción e impunidad.
Reconocer y aprovechar una oportunidad de cambio no significa que éste se realizará por sí solo, se necesitan tres elementos: 1) capacidad de persuasión para materializarlo, 2) una estrategia, y 3) el grado de carisma personal.
El líder político es impulsor, animador y facilitador de procesos de cambio, tomar en cuenta que son impredecibles; por ello, se viven altas turbulencias, donde múltiples y variados actores intervienen, a veces, condicionándolo; en estas circunstancias, es importante contribuir a adaptar a las personas.
Por lo tanto, son importantes las relaciones de dialogo que establece el líder político con: 1) las personas de su entorno cercano, 2) la comunidad política y social, esto es clave para comprender el fenómeno del liderazgo.
La comunidad política influye en el comportamiento del líder y el líder influye en el comportamiento de la comunidad política, pero la relación que se da entre la comunidad social con el líder político está condicionada por la capacidad de interpretar, asumir e integrarse al cambio.
Por lo mismo, los que forman parte del círculo cercano del líder están conscientes de su dependencia al hacer su trabajo y promover sus ambiciones. Necesitan de la acción del líder, pero sus necesidades y temores son ventajas del líder que tratan permanentemente en su relación continua con él.
Es una relación de dependencia mutua, porque el líder depende de las personas que lo rodean y tiene que lidiar con sus necesidades y temores que tiene de ellos, porque sus colaboradores tienen estatus y autoridad e información propia, que los hace ser útiles, sin autoridad serán inútiles.
Compartir la autoridad y la información de sus colaboradores cercanos con otros es la voluntad para actuar si concibe dicha acción como buena para sí, si no lo creen conveniente no lo hacen y dejan solo al líder, entonces, el trabajo del líder es convencer a sus colaboradores más cercanos de que necesita de ellos y que es para su propio beneficio; además, que deben temer algunos actos bajo su responsabilidad: esto es compartir la autoridad; mandar sin persuadir no se llega muy lejos, a pesar de que la autoridad refuerza el carisma.
Esto, provoca confrontaciones en el primer círculo del líder político, porque si fortalece a un colaborador debilita a los otros y si fortalece su liderazgo debilita a sus colaboradores, por ello, la persuasión entre ellos es recíproca, es un juego de lealtades o de traiciones y engaños.
Es más fácil decir “si señor presidente” que “no señor presidente” cuando sigues contando con privilegios, por ser parte del aura de su entorno; tienen su propia autoridad e información y la comparten con el líder, si van de acuerdo con sus pasiones ventajosas o promover sus ambiciones. Se “levantan temprano”.
Por lo mismo, la frase que resuena “No soy ambicioso vulgar”, “servidores públicos reciclados, extorsionadores, malandrines, vulgares ladrones”; es un juego en el que cada quien busca beneficiarse de las necesidades y miedos de los otros, es un juego colectivo. Por consiguiente: “El gobierno está lleno de prácticas corruptas”.
En este jalonea de lealtades se rompe el hilo menos resistente, es un juego de resistencias, este es el poder real; cuando se tiene que liderar con colaboradores complicados, no leales, la única ventaja del líder en toda negociación es su autoridad.
Está en marcha el cambio, del cual no se debe detener antes de tiempo si quiere evitar ser devorado, situación que enfrento Benito Juárez García, al tener hábil manejo de los extremos para no perder la confianza, tomar las medidas necesarias en los momentos requeridos, enfrentar coyunturas complejas, inciertas e impredecible que tiene todo cambio, para “no le voy a fallar al pueblo de México”.
Debe trasformar valores, gestionar emociones; cuando el líder no gestiona adecuadamente estas emociones el grupo se desintegra y se destruye; las ratas lo devoraran al querer consolarlo, estará solo en sí mismo, en el desierto, errante con la “piel delgada”.
Porqué, el factor que incide y define de manera directa, precisa e inmediata la evolución de las decisiones y el comportamiento de un líder político es: si son estratégicas o no.
*Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
Universidad Nacional Autónoma de México.