*A flote desesperaciones de AMLO
*Arrecia canto de las sirenas a priístas
Si había alguna duda de que el presidente Andrés Manuel López Obrador no se siente seguro de enfrentar solo con algunos morenistas a los cada vez más potenciales adversarios panistas, aquí algunas señales de lo que podría estar fraguando para lo que se aproxima en materia electoral.
En su reciente viaje a Oaxaca, el inquilino de Palacio Nacional mostró notoria camaradería con el gobernador priísta de esa entidad, Alejandro Murat Hinojosa, para quien tuvo trato de cercana colaboración entre los gobiernos estatal y federal.
Pero la señal se hace más intensa cuando López Obrador visita el Estado de México, donde gobierna el también priísta Alfredo Del Mazo Maza, a quien ofrece un trato todavía más intenso de camaradería, sin tapujos y como si estuviera enviando el mensaje de que necesita de gobernadores aliados.
Cuestión de reflexionar lo que dijo el jueves pasado, cuando asistió a Texcoco a celebrar la reunión mañanera. Estas son las palabras textuales que pronunció:
“Como se sabe, estamos llevando a cabo las reuniones de Gabinete de Seguridad en los estados, en las entidades federativas. Ya terminamos la reunión del día de hoy, estamos analizando la situación de seguridad desde las 6:00 de la mañana; en este caso, con la participación destacadísima del gobernador del Estado de México.
“Subrayo la muy buena coordinación que existe entre el gobierno del Estado de México y el gobierno federal. Es una relación, diría, ejemplar en todos los asuntos públicos. No hay discrepancias, diferencias; trabajamos unidos”.
Al día siguiente, viernes, López Obrador estuvo en Michoacán y cuando se inició la conferencia de prensa mañanera, hace una presentación seca, muy seca, del gobernador perredista Silvano Aureoles.
Aquí sus palabras textuales: “Vamos a escuchar primero al ciudadano gobernador Silvano Aureoles, él va a informar sobre la situación de seguridad en Michoacán; posteriormente, el general Luis Crescencio Sandoval va a hacer lo propio. Para que todos los ciudadanos de Michoacán sepan cómo estamos en esta materia y también que en el país se conozca la situación de cada una de las entidades federativas”.
Como se aprecia, el trato para los mandatarios estatales del PRI es por demás de franca camaradería y aprovecha el escenario sin simulaciones, con palabras abiertas, directas para que se oigan bien y en todos los estados de la república.
¿Será porque don Andrés todavía lleva al tricolor en su corazoncito por ser el partido que lo abrigó desde muy joven para hacerlo nacer como político en su estado natal Tabasco, donde hasta el himno le compuso?
Puede ser, porque cuando algún reportero pregunta sobre su relación los mandatarios estales panistas, el presidente se muestra no solo indiferente, sino con marcado odio político.
Cuestión de reflexionar lo que respondió a la pregunta de cómo va la relación con el gobernador panista Diego Sinhue, de Guanajuato.
“Hay una relación institucional, pero básicamente es la intervención del gobierno federal”, alcanzó a expresar López Obrador, lo que muestra que el enfrentamiento entre el gobierno federal y los gobernadores azules arreciará peligrosamente a medida que se aproximan las elecciones del 2021.
Lo interesante del asunto es si la docena de gobernadores que todavía tiene el PRI escuchan el canto de las sirenas morenistas, para sumarse a la mal llamada 4-T y fortalecer el incierto proyecto social que busca el también todavía indiscutible líder popular que gobierna México.
El tema, como se ve, da mucho para el análisis y aquí se lo estaremos reseñando. Mientras tanto, que quede para la reflexión.