*Crónica de un triunfo adelantado
*La lucha de clases que se oculta
El propietario del partido Movimiento de Renovación Nacional y candidato presidencial de ese mismo organismo político, Andrés Manuel López Obrador, aparentemente ya se dio cuenta lo difícil y peligroso que será si llega al poder con las arcas de la nación vacías y con paulatinas venganzas de los grupos empresariales.
El llamado “peje” sabe que sus envalentonadas posiciones y discursos políticos, respaldados por un pueblo que destila odio por el brutal saqueo que registraron algunos gobernadores priístas, no bastan para ejercer un gobierno a satisfacción de millones de seguidores a quienes promete y promete un mejor nivel de vida al que ostentan actualmente, pero a costa del empobrecimiento de la clase burocrática media y elevada que conoce todos los vericuetos de la administración pública. A la postre, claro, si gana las elecciones, López Obrador tendrá que salir a decir la verdad al pueblo, porque como va, téngase por seguro que corre el riesgo de recibir un país carente de dinero público o estancado en la maraña de la administración federal.
Además, el tabasqueño sabe que los empresarios no están dispuestos a arriesgar su patrimonio por apoyar al nuevo gobierno y que temen perder su acomodada posición social, lo que finalmente los obligará a conservar algo de lo mucho que tienen y buscar poner a salvo lo que puedan dentro y fuera del país.
Por eso supuestamente AMLO pretende desde ahora dar por cerrado el enfrentamiento con empresarios, aun cuando sabe que esto no está en la agenda de los millones de mexicanos a quienes ha envenenado con un discurso de odio y por esto comienza a mandar mensajes a la clase acomodada de que sus derechos serán respetados si gana las elecciones, ya que, y lo dice con todas sus letras, el gobierno necesita de inversiones públicas, pero más de las privadas si se quiere avanzar en el desarrollo nacional.
Y por ello, el tabasqueño está cambiando su discurso y no se cansa de expresar “amor y paz; amor y paz; amor y paz".
De forma insistente el señor López dice en público que ya perdonó a los empresarios, pero la pregunta es si éstos ya lo perdonaron por los odios sociales que ha sembrado en su contra o le van a cobrar la factura a medida que avance su administración presidencial.
Pronto se sabrá y que quede para la reflexión.