*Invaluable oportunidad que le da la vida a Claudia Sheinbaum Pardo
El histórico presidente Andrés Manuel López Obrador concluyó su mandato sexenal y deja testimonios de muchas dudas con su frase “cuarta transformación”, misma que se podría plasmar en los libros como una falacia como la mayoría de las reseñas de los gobiernos mexicanos.
Pruebas de este escenario hay muchas y han sido puntualmente documentandas y difundidas en los medios informativos convencionales, con lo que salió inapelablemente derrotado en la guerra que les declaró desde que se encaramó en el poder político de la nación.
Y esto, porque el propio mandatario se encargó de sembrar cotidianamente que la famosa 4-T la fundamentaba con lograr erradicar la corrupción, fenómeno social que él mismo desmintió con el reciente reconocimiento de que en su gobierno se cometió multimillonario fraude en Segalmex.
Pero, además, esta misma palabra “transformación” que sembró ante el pueblo desde el mismísimo momento en que tomó posesión del cargo, en masiva concentración en el Zócalo de la Ciudad de México a finales de 2018, cuando ofreció que resolvería totalmente el caso Ayotzinapa, pero al final el asunto se convirtió en otro rotundo fracaso.
También se comprometió, como parte de la “transformación” y “por el bien de todos”, que el dinero del pueblo se manejaría con total transparencia y que no permitiría abusos insultantes como salarios y ganancias de empresarios.
Y esto, porque fue el propio López Obrador quien dijo, en una de sus últimas mañaneras, que los cinco personajes más ricos en México duplicaron su inmensa riqueza en este sexenio, además de que es fácil comprobar que hay muchos funcionarios que ganan más que el presidente de la República, entre ellos quien fue secretaria del partido Morena, Citlali Hernández, quien tenía ingreso promedio de 100 mil pesos por trabajar como senadora y 70 mil pesos por el cargo que ocupaba en el organismo político.
De igual forma, con su frase “abrazos no balazos”, aseguró que su gobierno lograría la paz que tanto demandaba el pueblo y que con el reparto de dinero a través de las becas, también se lograría “transformar” a la nación con sistemas de seguridad que estarían a cargo de las fuerzas armadas, pero lo único que logró fue evidenciar a este patriótico cuerpo con la dolorosa estadística que etiqueta al lopezobradorismo como el gobierno más sangriento de la historia por el número de personas muertas por crímenes dolosos, extendida práctica de cobros de piso, entre otros problemas que sufre el pueblo.
Pruebas de todo esto están documentadas en las páginas de la mayoría de los periódicos todo el país y la credibilildad de las mismas se confirma con las estadísticas oficiales que cotidianamente salen a la luz pública.
Otro ejemplo de prácticas del pasado adoptadas por esta llamada 4-T, aflora con somero análisis de lo que ocurrió en las insulsas y cotidianas conferencias de prensa bautizadas como “mañaneras”, donde se exhibe la repetición disfrazada de frases como “te encargo esta nota, pero hay como cosa tuya”, pronunciadas por los jefes de prensa del rancio priismo.
Es mucho lo que hay que impide conceder la aceptación de una transformación como la que pretendió sembrar el ahora expresidente López Obrador y por ello el paquete de preguntas a la desde hoy formal presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, Claudia Sheinbaum Pardo:
¿Cómo pretende brindar la seguridad nacional a la que aspira el pueblo con su llegada al poder, cómo erradicará el reinado del crimen organizado que tantas matanzas provoca y siembra terror, cómo disminuir el aumento de la desaparición de personas, cómo transparentar lo que realmente ocurre en la administración pública federal y cómo cumplir con un sistema de salud eficiente y no simulado que encolera y condena a los sectores más vulnerables a una pobreza media y extrema?
Este es un rosario de interrogantes que apuntan hacia la realidad nacional, porque si de transformar se trata, solo los hechos hablarán por sus promotores y no con programas sociales que abrigan evidentes corruptelas y que desde el gobierno se empeñan cacarear que ya se está desterrando la pobeza, cuando el cobro de piso ya está presente entre el pueblo de abajo contra el pueblo de abajo, mientras de la cúpula del poder salen declaraciones como esa de que los ricos se volvieron más ricos en esta supuesta cuarta transformación.
Están a tiempo y en etapa propicia para contribuir a que la primera mujer presidenta, realmente emanada de las filas ideológicas que promueven el efectivo sistema de atención a quienes verdaderamente lo necesitan y no con los sistemas que simuló su antecesor, logre enderezar el rumbo hacia un sistema de atención soclal con auténticos beneficios y no con programas sociales que en el fondo solo agudiza la pobreza y a la larga extenderá la miseria entre los de abajo.
02/10/2024