*Crónica de una traición

En 1982 en Madrid, todo era fiesta, vivir en Madrid eran limonadas, horchata de chufa. Paseo de Recoletos, el Prado, la Feria Libro Liver. Sol de verano y el triunfo de Felipe González del PSOE con el cartel inconfundible de la rosa roja en el puño.

"Por el cambio", el lema electoral que venció a las secuelas franquista de Manuel Fraga de Alianza Popular. Felipe, alias Isidoro, en la clandestinidad sevillana, bajo la dictadura franquista, era otro. Joven, de izquierda, socialdemócrata contumaz, líder andalú, líder global.

Después, en el poder, desconoció a sus electores: ingresó a España a la OTAN, traicionó al pueblo saharahui, aprobó los GAL contra ETA, ambos terroristas, se hizo socio y pariente de Carlos Slim, además de multimillonario.

Al presentar el nuevo libro del ex rector Juan Ramón de la Fuente en Madrid, Felipe González dio el beneficio de la duda a un eventual gobierno en México de AMLO y consideró exageradas las construidas versiones de compararlo con Hugo Chávez. Ya lo había escrito con sólidos argumentos, el biógrafo de Chávez, Héctor Tenorio: el ex presidente venezolano nada tiene que ver con el candidato de Morena, ni en visión ni en alcances.

El "dejar llegar" de Felipe González a AMLO, contrasta con quienes construyen un escenario similar al de 2006 para evitarlo en la Presidencia de México. Estos estrategas impulsan a su más cercano adversario (Ricardo Anaya, pero antes apoyaron a Felipe Calderón). La diferencia es que distintas encuestas mantienen muy en alto al candidato de Morena, a pesar de la guerra sucia con spots semejantes a los de 2006, que en su momento Luis Carlos Ugalde no quiso frenar. Tampoco ahora lo hace Lorenzo Córdova.

Medias verdades, falsedades, spots del miedo, casi toda la prensa en contra, no han evitado sumar adhesiones a AMLO. Además de las polémicas de la ultraderecha (PES, Martínez Cázares, Manuel Espino y otros cuestionados personajes), un segmento de quienes promovieron el voto útil por Vicente Fox en el 2000 ya se le sumaron. Otros ex candidatos e integrantes de los efímeros partidos socialdemócratas México Posible, Democracia Social, PSD, anunciaron su apoyo a AMLO. Parece irrefrenable su victoria en 2018.

De acuerdo a Porfirio Muñoz Ledo, "estos comicios recuerdan el auge opositor de 1988 frente al PRI, desde una transición por la centroizquierda, más que el arrastre azul de 2000 bajo Fox, pero ahora, con violencia y candidatos asesinados".

"El fantasma del fraude electoral asoma en 2018 como en 88 y 2006" añade Muñoz Ledo.

No todos coinciden: "Si bien hay similitudes con 88, falta que el candidato de Morena haga suya ahora, la iniciativa de Cuauhtémoc Cárdenas de revertir la reforma energética", asegura el economista Juan José Dávalos, del Foro Permanente "Petróleo y Nación", en la UNAM. Y añade:" Los mítines repletos de jóvenes que hizo Cárdenas en la UNAM e IPN en 88 aún no se realizan ni se vislumbran siquiera".

"El paralelismo de ambas etapas por la construcción de la democracia real en México, sigue a debate, mientras el electorado la empuja con firmeza, como se verá el domingo 1 de julio", sostiene por su parte la primera senadora de oposición en la hoy ciudad de México, Ifigenia Martínez.

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