Amentis extremum*
(El último de los locos)
Tal vez parezca muy complicado el título y el contenido de esta colaboración, pero para no caer en el lugar común y en la chunga cuarto transformista en que se ha convertido el debate público en los últimos años, preferí utilizar términos y conceptos que son imposibles de ser abordados por el ignaro cantamañanas del palacio.
Cuando la realidad confundió a María Antonieta, reina de Francia y preguntó a sus damas de compañía ¿qué reclamaba el pueblo? y, al responderle que no tenían pan para comer, ella habría dicho: “«Qu'ils mangent de la brioche», traducido general e inexactamente como «que coman pasteles», cuando brioche no es un pastel sino un bollo dulce, un pastel suizo. Por obvias razones, quedó como ejemplo de insensibilidad”.
“Pero no hay ninguna prueba de que ella hubiese pronunciado tales palabras, mientras que sí la hay de que cuando hubo hambre en la llamada Guerra de las Harinas en 1775, María Antonieta fue muy sensible a la situación, como lo revelan sus cartas, que se conservan”**.
La frase ha sido atribuida a otros aristócratas, siempre para subrayar su crueldad. Aunque nadie fue más cruel que los asesinos de María Antonieta, que en su caso, como en miles de otros, la condenaron a muerte basándose en burdas mentiras**.
“Además, la demonización de los nobles era crucial para la Revolución Francesa y todas las revoluciones. La clave es envilecer a una minoría para justificar su muerte y para ocultar el resto de los crímenes: decenas de miles de franceses fueron guillotinados, en su mayoría trabajadores. Y eso se mantuvo: fue la razón por la que los comunistas rusos asesinaran al zar y a toda su familia: para que nos fijáramos en ellos, y no en la represión sobre el conjunto del pueblo”**.
Sirva el ejemplo anterior del cómo se pueden interpretar a gusto de quien habla las palabras o los hechos.
Una realidad inocultable y evidente vía satélite cuando Google Maps registro a más 800 mil personas al mediodía del domingo 13 en las calles de la capital y en el recuento de las autoridades capitalinas y del presidente todas ellas se redujeron a una corta lista de 17 personas que van del ex rector de la UNAM don José Narro Robles hasta políticos y empresarios que “Lo hicieron a favor de los privilegios que ellos tenían antes del gobierno que represento, lo hicieron a favor de la corrupción, lo hicieron a favor del racismo, a favor del clasismo, de la discriminación, ese es el fondo”***.
Así pues, cuando la realidad no coincide con el narrador, algo muy grave debe estar ocurriendo. Tanto esto es así que bien valdría la pena retomar las palabras de Porfirio Muñoz Ledo, quien de estos temas es un profundo conocedor, y sugirió: “el presidente reaccionó (a la marcha contra la reforma electoral) con incoherencias e injurias desorbitadas reveladoras de perturbaciones psicológicas graves”, lo que sería la “causa grave” por lo que el mandatario debería dejar su cargo****.
Tal y como se ha señalado hasta el hartazgo, como la violencia indiscriminada, la inseguridad en las calles, la impunidad de los criminales, los desfalcos y corrupción abiertas y documentadas en los distintos medios, así como las carencias en educación, salud, agua potable, inflación cada vez mayor y un sinfín de problemas y carencias que se siguen agravando, sin que haya respuesta ninguna por parte de las autoridades todas.
Se ha optado por seguir distrayendo a la sociedad con la militarización un día, los cambios al INE otro día, las injurias a la Suprema Corte y a los jueces al día siguiente, a la fiesta de las corcholatas, a las burlas y las injurias al clero, a los judíos, los empresarios y a quien se nos vaya ocurriendo en el show matutino.
Pero dolorosamente todas esas manifestaciones de insania se pueden agrupar en términos no muy complicados y ya muy conocidos por los antiguos egipcios en sus escritos esotéricos y me refiero al Amenti.
Lo más próximo a lo que estamos viviendo es lo que bien describe en su Glosario Teosófico el doctor H. P. Blavatsky y a la letra dice:
“Pero no había en el Amenti sitio alguno que representara el ortodoxo infierno cristiano. La peor de todas era la Sala de las Tinieblas y Sueño eternos. Como dice Lepsius, los difuntos “duermen (allí) en formas incorruptibles, no se despiertan para ver a sus hermanos, no reconocen ya padre ni madre; sus corazones nada sienten por su esposa e hijos. Esta es la mansión del dios Totalmente–Muerto. Todos se estremecen al rogarle, porque no escucha. Nadie puede glorificarle, porque no mira a los que le adoran. Tampoco se hace cargo de ofrenda alguna presentada a él”+.
En pocas muy pocas palabras vivimos en la Sala de las Tinieblas con el Amentis Extremum como guía.
¡¡Pobres de nosotros!!
Afortunadamente para los ciudadanos la acción y participación políticas que permitieron el acceso para que este individuo llegara al poder, es exactamente el mismo para que él y su claque salgan de donde están y en su caso se proceda a las investigaciones, arrestos, encarcelamientos o penas que la ley y la justicia decidan.
*https://www.google.com/search?q=amentis+extremum+significado&sxsrf
**https://www.ondacero.es/programas/mas-de-uno/audios-podcast/maria-antonieta-nunca-pobres-fancia-pan-coman-pasteles
***https://www.forbes.com.mx/elba-esther-madrazo-narro-fox-el-striptease-politico-a-favor-del-ine-segun-amlo/
****https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2022/11/15/lopez-obrador-debe-renunciar-
+https://www.lleidaparticipa.cat/public/201/docs/eb02e5650b0d5cb86b3f48ad0eb98abf.pdf