*El Mago de Oz en el debate
Han pasado 124 años desde la publicación de “El maravilloso mago de Oz”, novela infantil que hasta el día de hoy sigue siendo la obra más famosa de Lyman Frank Baum, esto a pesar de su prolija producción de más de 55 novelas, relatos, poemas y guiones.
Durante los dos primeros años posteriores a su publicación fue el libro infantil más vendido en Estados Unidos y para 1902 se estrenó como teatro musical. En 1903 se presentó en Broadway y continuó la gira hasta 1911. Fue hasta 1939 cuando se exhibió la película protagonizada por Judy Garland, que es la clásica, misma que es considerada por la UNESCO como “Memoria del Mundo”.
En la obra aparecen tres personajes que me recordaron mucho, muchísimo a lo que presenciamos el pasado domingo 7; un espantapájaros en busca de un cerebro, un león cobarde que busca valor, un hombre de lata en busca de un corazón y Dorothy que anhela un mundo de fantasía. Todos estos personajes llegan al maravilloso mundo de Oz, algo así como el México de hoy; donde existen brujas perversas y buenas, hadas bondadosas, los guiñones; los Kalidahs; fieras monstruosas con cuerpos de osos y cabezas de tigres; los Munchkins; habitantes del país del Oriente, eran gobernados y esclavos de la Bruja Maligna del Oriente, hay árboles agresivos, seres con cabeza de martillo, changos que vuelan, en fin.
En pocas palabras, un desorden completo, donde todo puede suceder y al igual que aquí; cada quien tiene un deseo particular donde no quedando más remedio, a pesar de la incompetencia, la cobardía, la insensibilidad y la fantasía, los personajes tienen que salir en busca del mago de Oz para que sea él quien les resuelva sus problemas o cumpla sus deseos, sin estar conscientes de que el susodicho no es más que un miserable impostor.
La falta de inteligencia, de creatividad, de valentía y de sensibilidad son las características de los personajes que aparecieron en el supuesto debate celebrado recién, donde las acusaciones, las descalificaciones, la superficialidad, la falta de concreción, de pensamientos consistentes o programas viables, fueron la constante durante dos horas. Eso sin contar el pésimo espectáculo donde ni siquiera los relojes servían para organizar las intervenciones con nulas aportaciones por parte de los participantes.
Estuvo un risueño personaje muy preocupado porque alguien se acordara de su nombre y para ello recurrió a lenguaje de señas para hacerse notar, se agotó en descalificar a las otras dos personas que le flanqueaban, mas no acompañaban y mucho menos consideraron interlocutor, fue ignorado completamente durante la pendencia.
Grotesca en verdad fue la defensa que el jocundo personaje hiciera del jefe de su partido político, quien estuvo preso durante quince meses en el Penal de Pacho Viejo por haber cometido los delitos de enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad, peculado y corrupción*.
Y como señalé, nadie tomó en cuenta la supuesta defensa del ex presidiario por parte del señor que dice hablar de “nueva política” pero es dirigido por un prófugo del PRI hace casi 28 años.
Lo terrible del caso es que la inteligencia, la valentía, la creatividad, la sensibilidad, la honestidad o la dignidad no se pueden adquirir en farmacias o ferreterías. Como bien señala la frase atribuida a Miguel de Unamuno quien fuera Rector de la Universidad de Salamanca, “Lo que natura non da Salamanca non presta”.
LA DEGRADACIÓN PERSONAL Y SOCIAL COMO CONSTANTE
Y como alguna vez refirió Enrique Martínez: “La escuela no es capaz de proveer inteligencia, memoria y aptitudes cognoscitivas, son herramientas con las que ya se tiene que contar.
Muchas otras cosas tampoco son aprendidas en la escuela, como los valores, los modales, los buenos hábitos, la capacidad de comunicación, la conciencia moral y el amor por la vida, propia y ajena. Éstas deben ser inculcadas en casa, en el seno familiar”**.
¿Qué tan relevantes han sido los debates electorales en la historia política de nuestro país? Eso es algo que está todavía por investigarse, pero al menos el observar la forma en que se comportan los candidatos contendientes entre ellos, la conducta que manifiestan, las palabras y el fraseo que utilizan también refleja claramente con su lenguaje no verbal el tipo de individuo que tenemos enfrente. Y por lo que hemos visto hasta esta semana, los personajes de marras distan mucho de comportarse y hablar como presidenciables y mucho menos parecerlo.
Lo más representativo de la degradación moral y personal de nuestra sociedad quedó evidenciado cuando dos señoras funcionarias, madres de familia, universitarias en un torneo de ofensas y leperadas (60 en una hora según Reforma), puedan calificarse de “negligente criminal” y de mentirosa corrupta sin que nadie se haya sonrojado, sorprendido, ofendido o indignado. Por el contrario, al final de la disputa los periodistas, comentaristas o correligionarios solo estaban intrigados o entusiasmados por definir ¿quién había ganado?. Nadie se sintió agraviado por esas acusaciones tan graves, lejos de eso…..hasta lo festejan.
Desgraciadamente como Dorothy, no tenemos Mago de Oz a quien recurrir.
¿De veras ya se vale todo… y no pasa nada?
¡¡Vaya con el país que estamos heredando!! ¡¡Mis padres no lo hubieran soportado!!
*https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/columna/oscar-mario-beteta/nacion/politica/2016/04/29/
**https://www.milenio.com/opinion/enrique-martinez-morales/punto-de-inflexion/lo-que-salamanca-no-presta