*¿Cómo gobernarnos?
México se ha caracterizado en los últimos 40 años por la desigualdad, el aumento de la pobreza, el incremento de la violencia y la ausencia de propuestas para resolver los problemas cotidianos.
Para enfrentarlos en estos años, existieron diferentes reformas económicas y políticas que no pudieron, no alcanzaron, o no lograron cambiar este dilema.
Vivimos en una encrucijada.
Por un lado, están los deseos y las expectativas de la ciudadanía, demandando un cambio, un avance o una salida a nuestras dificultades.
Por otro, están las cosas cotidianas que necesitan una visión de largo plazo (basura, transporte, alimentación, electricidad, gasolina, impuestos, etc.). Eso lo tenemos que resolver a diario… como sea.
Son dos mundos. De un lado están los sueños y los deseos de la ciudadanía. De otro, la dura realidad de la vida cotidiana.
¿Por qué hay una brecha tan grande en los gobiernos para enfrentar las demandas ciudadanas con los problemas comunes que enfrentamos?... NPI.
La llegada de la izquierda a la CDMX, en 1997, marcó una historia distinta con el arribo del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a la Jefatura de Gobierno.
Se rompieron muchas de las viejas ataduras, muchas viejas inercias, muchos de los viejos vicios… ¡Pero no todos!
Había una ciudadanía dispuesta a participar, a sumarse, a “entrarle” al cambio, con ganas de imaginar un futuro distinto.
Pero, paralelamente, había también muchos rezagos y grupos enquistados que sobrevivieron al cambio y que permanecieron en sus espacios tradicionales de poder (ambulantes, sindicatos, grupos criminales, etc.) ligados —por la buena o por la mala— al sector público.
Si pensamos en todo el país aparecen resultados interesantes: Estados con altísimos niveles de crecimiento económico. Estados con excelentes resultados de exportación. Estados muy seguros. Frente a otros que quedaron rezagados, olvidados o invadidos por la delincuencia.
En 40 años, la corrupción en el gobierno federal no disminuyó. Nunca paró. Todo lo contrario. Aumentó de una forma desmedida hasta llegar al sexenio de Peña Nieto.
Las elecciones de 2018 mostraron esa enorme desigualdad y con la llegada de AMLO el asunto no mejoró.
Si AMLO hubiera cumplido puntualmente sus objetivos de campaña, el país sería otro… Pero no lo hizo.
Su estilo polarizó la opinión pública y los problemas se acentuaron.
Mucha gente —sobre todo de la clase media— le atribuye a AMLO este asunto… Pero eso no es acertado.
El verdadero problema está en las estructuras políticas y económicas que tenemos.
Es imposible que el presidente logre un Cambio de Régimen, sin el contrapeso que busca frenarlo.
A mucha gente le gusta la forma de ser y actuar de AMLO… Pero muchos otros lo condenan y lo insultan.
Mucha gente pensó en AMLO como Kukulkán: “El dios creador del supremo universo” para los mayas.
Pero eso no es cierto… Los dioses no existen.
Se necesita un sistema que funcione. Un gobierno que resuelva los servicios básicos (seguridad, educación, salud). Que fortalezca las instituciones para atender nuestras necesidades en el largo plazo.
En el período neoliberal vivimos muchas propuestas de gobierno con un modelo de desarrollo más o menos organizado (sin hablar de los errores cometidos), pero nunca se contó con un sentido de dirección unificado.
En general se centraron en pacificar a los grupos sociales y a favorecer intereses privados.
Dice Luis Rubio que lo que tenemos es: “Un gobierno disfuncional, distante de las necesidades de la población y un país dividido por los intereses que protegen al statu quo que impide el desarrollo de vastas regiones del país”, (Reforma, 11/VII/2021).
La reforma electoral de 1996 resolvió un problema grande: el acceso al poder… Pero quedó pendiente otro que es vital: ¿Cómo gobernarnos?
Vivimos el proceso de desaparición del viejo sistema que controlaba el país, pero no hemos construido uno distinto que fortalezca la participación ciudadana.
Será muy complicado que la 4T supere estos retos.
Se necesitará de un cambio profundo en la política de ese partido-movimiento.
Nuestra visión de AMLO y su sexenio dependerá de lo que hagamos en los próximos tres años.
¿Qué haremos?
FORJANDO PATRIA
Pensando en el momento de cambio que vivimos, recordé el texto “Forjando Patria”, escrito por Manuel Gamio (el padre de la Antropología en México) en 1916.
Fue hecho en plena época revolucionaria y apelaba a la construcción del nacionalismo. Vale la pena releerlo ahora.
Cito una parte del prefacio escrito por don Manuel: “Este libro, no ensalza ni condena; no predica demagogia ni conservación; tampoco navega entre dos aguas; invita simplemente a buscar la verdad; intenta remover impulsos nacionalistas e ideas gestadoras de Patria.
“Sus conceptos no han sido especialmente acomodados a las idiosincrasias de la gleba, ni a la disciplina de castas sociales.
“Este libro es colectivo, es libro para todos, porque está inspirado en la observación de las diversas clases sociales.
“Sus páginas no huyen de la crítica, pues estando hechas de la carne y del alma del pueblo, justo y útil será que la mente popular las critique a su sabor”, (Ed. Porrúa, México, 1916, p.3).
Revíselo… ¡Vale la pena!
SISAL YUCATÁN
Visité esta comunidad y busqué al Comisario Ejidal.
Mientras él llegaba a su oficina, platiqué con una policía del lugar.
“¿Cómo van aquí?”, le pregunté.
“Todo bien. Todo tranquilo. Sólo el viernes se escapó un perro, corrió al parque y tiró a una señora. Buscamos a la dueña, la trajimos a la comisaría y le pedimos que amarrara a su animal… Si no lo hace, tendrá problemas”, me comentó.
Sisal tiene dos mil habitantes.
Quiero conocer a ese perro.
LA CUEVA DEL DELFÍN
Los ministros de Finanzas del G-20 alcanzaron un acuerdo histórico para crear un impuesto global mínimo a las empresas multinacionales… Entrará en vigor en 2023… Y se aplicará a las 100 empresas más rentables del planeta que concentran más de la mitad de las ganancias mundiales... ¿Es un golpe al neoliberalismo?
¡Vientos huracanados!, si no me quedo en Sisal nos veremos por acá el próximo sábado...
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