*Indispensable jalón a la economía

Ya apareció en internet, y el 1 de diciembre de forma impresa, según Andrés Manuel López Obrador, su nuevo libro: Hacia una economía moral, en el cual plantea distanciarse del neoliberalismo, sistema que hace agua por todos lados y ha traído más conflictos que soluciones.

Incluso una serie de millonarios hacen exhortos porque se camine de manera diferente, entre ellos Warren Buffet. Amén que hay grandes investigaciones para corregir la desigualdad que padecemos y va en aumento, entre ellos: El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty (FCE).

No sabemos a ciencia cierta que plantea en su nueva obra López Obrador, pero en la entrega de premios de ingeniería y arquitectura, donde fueron galardonados Carlos Slim y Joaquín Álvarez Ordóñez, respectivamente, Andrés Manuel mencionó cinco puntos que seguramente están entre los más importantes de su propuesta:

Impulsar la economía familiar, fortalecer el mercado interno, que el

Estado sea el promotor de la economía, mayor participación de la iniciativa privada y promoción de la inversión externa directa. En este último rubro, la secretaria de economía, Graciela Márquez, dijo que de enero a septiembre había crecido 7.8 por ciento (La Jornada, 19 de noviembre).

En una importante entrevista con David Ibarra Muñoz, ex secretario de Hacienda con José López Portillo, realizada por Roberto Amador (La Jornada, ídem), el especialista dice que es momento de quitarse las telarañas de la cabeza, que el asunto de la inflación como prioridad era algo de hace 15 o 20 años y que “el mundo económico no sólo se reduce al crecimiento”, sino que hay otras variables importantes.

Anota Ibarra que el avance económico declinó por las políticas desarrollistas con el sambenito de la libertad de comercio y la supresión de las fronteras.

Lo que trajo que se liquidara instituciones como la banca de desarrollo y se dejaran de financiar proyectos de trasformación para dedicarse a apoyar la banca privada. Y por ello, digo yo, instituciones como el BBVA obtienen en México el 46 por ciento del total de sus ganancias en el mundo.

Mencionó, el académico, que la autonomía del Banco de México dejó de ser un organismo de apoyo al desarrollo y se dedicó únicamente a ver la estabilidad de precios (inflación), en vez de apalancar el crecimiento del país, ya que pudo haber financiado del 20 al 25 por ciento de la inversión en el país.

Llamó David Ibarra a tener una política exterior más activa, ya que Estados Unidos, el que fuera campeón del libre cambio, es ahora proteccionista y tiende a disminuir sus transacciones. Algo, anoto, que ya hemos visto al obligar a varias compañías estadounidenses a salir de México e irse al otro lado del rio Bravo.

Comentó el actual director de la revista de Economía de la UNAM que Estados Unidos tiene un déficit anual de entre 400 mil millones de dólares a 800 mil millones de billetes verdes.

Recordó, Ibarra,  que el 10 por ciento de los mexicanos obtienen el 60 por ciento de la riqueza nacional, hay 45 por ciento de mexicanos en la pobreza y 60 por ciento en el empleo informal (Arturo Huerta afirma que entre desempleados, subempleados y miembros de la economía informal tenemos al 78 por ciento de la población, Periodistas Unidos, 19 de noviembre), por lo que este gobierno debe alentar la inversión pública, apoyar la privada, tener finanzas menos restringidas, hacer cuanto antes una reforma fiscal ( y no esperar hasta el tercer año del gobierno)  y propiciar el consumo.

David Ibarra llamó a elevar “un poquito” los impuestos a los que más tienen y bajar algo a los más amolados, subir el impuesto predial, gravar a las transacciones financieras y también las herencias. Es necesario, desde luego, arriesgar para tener una situación mejor que la actual, donde con los alientos sociales se ha impulsado a las empresas, sobre todo las de consumo. Y desarrollar las energías limpias en vez del petróleo y el carbono.

En el libro: Mercados abiertos y pactos sociales (FCE), David Ibarra afirma: “el nuevo orden económico internacional trajo consigo inhibiciones a la acción promotora y redistribuidora de los estados…empobreciendo las políticas protectoras del trabajo (salarios, jubilaciones, negociación colectiva, seguros de desempleo, etc.)”, lo que ha dejado a “los gobiernos parcialmente inermes ante las insuficiencias de crecimiento” (página, 31).

Carlos Slim, por su parte, anotó que se debería invertir el 5 por ciento del PIB en infraestructura, aprovechando las bajas tasas de interés para recuperar el crecimiento (La Jornada, 19 de noviembre).

El que fuera director del Banco de México, Carlos Tello, había dicho que la administración actual no debe tener miedo a endeudarse un punto o dos del PIB para sacar adelante sus programas.

Planteamientos sólidos de cómo debemos crecer.

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@jamelendez44

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